La celebración que se llevará a cabo en todo el mundo el 24 de junio tiene sus raíces en antiguas prácticas paganas que datan de miles de años atrás. En aldeas de Europa, los pobladores encendían hogueras durante el solsticio de invierno para purificarse y rendir homenaje al Sol, buscando renovar su fuerza y vitalidad. Con el tiempo, esta fecha fue resignificada por el Cristianismo en relación al nacimiento de Juan el Bautista, según se menciona en la Biblia. En esa ocasión, Zacarías, padre de Juan, encendió una hoguera para anunciar el nacimiento.

En la provincia de San Juan, esta celebración adquiere una importancia especial y convoca a numerosos participantes. Sin embargo, mucho antes de convertirse en una festividad esperada, las tradiciones asociadas a esta fecha se expandieron por el mundo. Los godos, por ejemplo, llevaron consigo estas prácticas, que combinaban hogueras con caballos y jinetes en un ambiente medieval, y las difundieron en las plazas de España.

En la colonización en el Río de la Plata, el conquistador Juan Jufré de Loaiza Montesa fundó la ciudad de San Juan el 13 de junio de 1562, en honor al santo que le brindó apoyo espiritual durante sus campañas militares. Desde entonces, los habitantes locales continuaron la tradición festiva ligada al catolicismo.

Con el tiempo, se agregó a la celebración la caminata sobre brasas ardientes, como parte del rito de purificación, combinando elementos de martirio y milagro. Los fieles demostraban su fe al caminar sobre una sucesión de brasas sin sufrir daños significativos. En el departamento de Sarmiento, en la localidad de Media Agua, en 1973, Luis Paredes se convirtió en protagonista de esta práctica al realizar la caminata en un descampado cercano a su hogar. Continuó realizándola durante varios años hasta el 2014, cuando decidió suspenderla. 

Con el pasar de los años, las fogatas y la devoción nunca faltaron en la celebración del patrón de la ciudad de San Juan. La misa, seguida de la procesión y la alegría de los participantes, están arraigadas en el corazón y el espíritu de miles de sanjuaninos.

Sin embargo, en el año 2020, la pandemia de coronavirus obligó a detener esta tradición. Los devotos de San Juan Bautista extrañan el calor de las hogueras y la costumbre de arrojar papelitos escritos con deseos y peticiones al fuego. Añoran el encuentro con sus seres queridos, las bendiciones y el abrazo cálido que solía envolverlos, ya sea en el costado de la Circunvalación, en las plazas de Barreal o en el corazón del centro de la ciudad.

La celebración en honor a San Juan Bautista trascendía lo religioso y se convertía en un evento social al que acudían multitudes que se congregaban alrededor de la Catedral. Entre las creencias, siguen vigentes que las novias ilusionadas griten alrededor de la hoguera: "San Juan Bautista, sol de los soles, déjame ver al hombre de mis amores". En algunas noches de San Juan, se solía colocar un huevo al sereno en agua fría; si al día siguiente aparecía con manchas, se consideraba que el matrimonio se concretaría. La mayoría de las personas pedían trabajo y prosperidad. 

Este año sigue la tradición ya que estará presente la fogata,  aunque esta se realizará de una manera diferente. Se hará de una forma mucho más controlada y con una visión un poco más ecológica. El párroco Andrés Riveros manifestó en Canal 13, que todos los presentes van a poder tener acceso a agua bendita y podrán disfrutar de un show imperdible protagonizado por los músicos de la banda de la Policía de San Juan.