Cosas de pandemia: cuando quieren bailar el bolichero los hace sentar
Así está funcionando uno de los más tradicionales locales bailables de la noche sanjuanina, en esta nueva normalidad.
La Llorona es uno de los tanto locales bailables de la provincia que tuvo que reinventarse para poder seguir abriendo en medio de la pandemia. Sin embargo, su propietario Pablo Sanguedolce contó ante Canal 13 que esta adaptación como resto bar no es el formato que más le gusta a sus clientes.
'La gente quiere bailar, vos le pones una banda de música y muchos se paran queriendo bailar. Ahí les tenemos que decir que deben sentarse para poder permanecer dentro del local y no les gusta. Mucha gente opta por no salir porque no es el formato que ofrecíamos originalmente', aseguró.
En esta novena nota del sector con Canal 13, Sanguedolce destacó que no han recibido ayuda de ningún tipo, ni subsidios ni eximición de impuestos. 'Me enteré que tengo una deuda enorme de tasa de comercio siendo que es de público conocimiento que no hemos estado abriendo', detalló.
¿Cómo los sorprendió la cuarentena?
Allá a principios de marzo ya era muy fuerte el rumor de esta enfermedad, este virus ya estaba afectando pero nadie imaginaba que podía llegar directamente a nuestra actividad. Alrededor del 8 de marzo ya notábamos que venía mucha menos gente al local, había miedo en el ambiente, se sentía.
Esto se percibía y a los pocos días cuando aparecieron los primeros casos decidimos cerrar. Todos los locales bailables nos pusimos de acuerdo, fue por voluntad de los colegas, no vino ninguna autoridad a obligarnos. Lo hicimos por decisión propia, lo que si nunca imaginamos que iba a durar tanto.
Pensamos que era algo circunstancial de una semana hasta que se aclarara y solucionara el tema pero nunca pensamos que llevaríamos 8 meses cerrados. Esto va a continuar porque no hay perspectiva de poder volver a abrir, realmente ha sido muy duro para nuestra actividad.
¿Qué hicieron para atravesar esta coyuntura?
Al cerrar el local, allá por el mes de marzo, directamente nos quedamos quietos al principio, no hicimos ningún tipo de actividad comercial esperando hasta que se aclarara la situación. Pero fueron pasando los días complicándose cada vez más.
Lo primero que se hizo fue tratar de reportar el tema de los alquileres. Yo creo que la mayoría trató de hablar con los propietarios de los inmuebles para acomodar un poco la situación. Por suerte se logró un acuerdo en el caso mío, pude pagar el 50% del alquiler que fue una ayuda enorme.
Posteriormente a eso, en el caso particular mío, me había quedado una gran cantidad stock de mercadería entonces opté por abrir en la parte delantera del local, en la taquilla, una especie de distribuidora de bebidas.
Ofrecía todo lo que me había quedado y también le tuve que agregar mercadería, tenía abierto hasta las 8 de la tarde, era muy limitado. Al menos le daba movimiento a la mercadería que me había quedado y podía obtener alguna pequeña ganancia.
Fueron pasando los meses, no había esperanza de volver a abrir porque en realidad se iba complicando cada vez más, y más o menos yo veía que lo que sí iban a permitir abrir eran los restaurantes. Entonces opté por transformar el local en restaurante allá por julio.
Ello implicó una inversión bastante grande también porque no tenían cocina mi local, entonces tuve que hacer instalación de gas. Además adecuar un sector para instalar una cocina con todas las normas que te exige Salud Pública que son bastante complicadas.
Hubo que comprar equipos de hornos, vajillas, freezer y bueno todo lo que implica un restaurante. Fue una apuesta fuerte que se hizo y a fines de julio volvimos a abrir como restaurante con bandas en vivo. Ese era un poco el gancho que teníamos para que la gente fuera a un boliche a cenar.
Medianamente funcionó pero volvimos a Fase 1 en agosto y nos complicó nuevamente la situación desafortunadamente. Después volvimos a abrir con un montón de limitaciones, al principio estábamos en la vereda únicamente con un distanciamiento bastante grande.
Para los locales que no tenían vereda fue muy difícil pero bueno después de dos o tres semanas permitieron nuevamente abrir dentro del local que es de la manera que estamos funcionando actualmente.
¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?
Cada vez que me entero de una fiesta clandestina la verdad que siento una impotencia enorme. La actividad nuestra de las discotecas debe ser una de las más controladas y a la que más exigencias le imponen de todas las actividades comerciales.
Viene un grupo de chicos y organiza una fiesta clandestina en la cual sacan algún rédito y provocan un riesgo enorme para la sociedad por el tema de los contagios que provocan, mientras nosotros tenemos que cumplir con una cantidad muy larga de requisitos.
Por los controles necesarios para poder trabajar tenemos que quedarnos sin abrir. No podemos trabajar ni dar trabajo, la verdad que es una impotencia muy grande. La Policía está actuando dentro de sus posibilidades, sé que están un poco desbordados.
Por otro lado, entiendo a la Policía la impotencia que siente cuando atrapan a todas estas personas que cometen esta falta. En el caso de la fiesta en Santa Lucía llevan semanas enteras tratando de llegar a una sentencia y no pasa nada.
Por las chicanas que ponen los abogados seguramente no va a pasar nada. Estos chicos no van a tener ningún castigo seguramente. Nosotros estamos sufriendo mucho, la actividad está destruida y muchos locales ya cerraron definitivamente.
Yo creo que se pueden abrir con algún protocolo, algún distanciamiento, o de alguna manera las discotecas y ahí se terminarían las fiestas ilegales. Además, no tienen ningún tipo de control, no hay ninguna medida de seguridad.
En esas fiestas tampoco tienen personal capacitado para manejar cualquier situación que se pueda presentar, cosa que a nosotros sí nos exigen. Así que estoy totalmente en contra de todo este tipo de actividades.
¿Cómo volvieron a la actividad con los nuevos protocolos?
Muy limitados con la capacidad, con distanciamiento, hasta 4 personas por mesa y hasta la 1 de la mañana. Son protocolos muy duros pero bueno es lo indicado para la situación, hay que adecuarse aunque no se está obteniendo una ganancia.
No estamos ni cerca, o sea simplemente se cubren los costos y en alguna circunstancia no. No todos los meses son buenos y la gente tiene mucho miedo de salir, más con la proliferación de casos porque el virus llegó y está circulando en la provincia.
A la gente no le gusta este formato, quieren bailar, vos le pones una banda de música y muchos se paran queriendo bailar. Ahí tenemos que decirles que se tienen que sentar para poder permanecer dentro del local y no les gusta.
Mucha gente opta por no salir, más allá del miedo no es el formato que ofrecíamos originalmente sino que esto es una adaptación. Lo hemos tenido que hacer para poder continuar en el circuito, para poder seguir dando trabajo pero no es rentable.
No tenemos ayuda de ningún tipo, sobre todo eso quiero destacar, nadie ha venido a ofrecer ayuda del Gobierno. No hay ningún tipo de subsidio, de hecho nos siguen cobrando los impuestos pese a que nuestra actividad está prohibida.
Estuve en la Municipalidad de Capital y me enteré que tengo una deuda enorme de tasa de comercio. Le dije al funcionario que me atendió que es de público conocimiento que no hemos estado abriendo en estos meses y me dijo que igual debo pagar.
Es decir que me guste o no me guste debo pagar igual. Te da mucha bronca e impotencia, ni el intendente ni nadie hace nada para poder darnos una mano en esta actividad. A raíz de esta situación están peligrando muchas fuentes de trabajo.
¿Nada será como antes?
La única esperanza que hay es tratar de aguantar para mantener las fuentes de trabajo con la esperanza de que en el futuro podamos volver a abrir como local bailable. Pensábamos que iba a ser en septiembre y no pasó nada, ahora se hablaba de fin de año pero ya está cerca diciembre.
No hay ninguna perspectiva de que esto vaya a mejorar, ojalá que sea pronto porque son muchas las familias que viven de esta actividad. La verdad que nos hace falta a todos para poder seguir adelante. Ojalá se pueda encontrar la vacuna que es la única solución rápida para este tema.
A lo largo de la historia siempre hubieron crisis, hubieron pandemias, hubieron guerras, hubieron cambios políticos, fueron periodos en los cuales hubieron cambios muy grandes. Se desestabiliza todo el sistema pero después vuelve el equilibrio.
Creo que esto se va normalizar en algún momento, no en el corto plazo pero en algún momento tiene que volver a ser como antes. Ya va a pasar, una de las cosas que va a cambiar va a ser cuando aparezca la vacuna, eso yo creo que va a volver estabilizar la situación.
Pero el único tema es que muchos van a quedar en el camino, los que no se puedan adaptar a estos cambios, los que no puedan tener la espalda suficiente, van a quedar en el camino.