De la noche al taxi, el testimonio de un bolichero reconvertido
Fernando Rubiño, propietario de Club Eve, empezó a trabajar como chofer para sostener a su familia. Reabrir a medias no sería rentable.
'Dentro de todo la puedo pelear', contó Fernando Rubiño, propietario de Club Eve, a Canal 13. Es que en siete meses de cuarentena, con las discotecas cerradas, tuvo que subirse al taxi de su hermano para poder sostener a su familia.
Sin embargo, es consciente de que no todos tienen las mismas oportunidades y muchos trabajadores de la noche la están pasando mal. 'Algunos me piden laburo y es una situación difícil', remarcó Rubiño en referencia a sus empleados.
En cuanto a la posibilidad de reinventarse, manifestó que trabajar con capacidad reducida no sirve porque la ganancia no alcanza ni para pagarle a los empleados. Conocé una nueva historia en esta séptima nota de Canal 13 con el sector.
¿Cómo los sorprendió la cuarentena?
Justo habíamos empezado a traer bandas, nosotros nos manejábamos con la cumbia y había venido el Dipy, Mozthaza, Mc Caco y muchas otras. La cuarentena nos mató, la verdad que nos liquidó porque a las bandas hay que señarlas y a la plata que teníamos ahorrada la invertimos ahí.
A San Juan estaban trayendo solo bandas de cuarteto, entonces nosotros empezamos a traer las de cumbia y abrimos hasta el último fin de semana. El fin de semana que empezó la cuarentena, que era feriado hasta el martes, traíamos a Mozthaza.
Ese fue uno de los casos que nos pasó que lo habíamos vendido por todos lados y, además de estar con nosotros, iba a estar en otros lugares como Quattro, Caucete y otras discotecas. A esas señas que depositamos no las perdimos.
Nos dijeron que cuando vuelva todo vamos a tener prioridad, pero la plata pierde valor y vamos a tener que pactar un nuevo precio. No es que el valor del show quedó congelado, así que vamos a ver qué pasa.
¿Qué hicieron para atravesar esta coyuntura?
En mi caso, mi hermano tiene autos así que me subí a un taxi y lo manejo, dentro de todo la puedo pelear. Después están los chicos de las barras, los seguridad, DJs, que son unos 20 que trabajaban fijo, más todos los públicas, que serán unos 50. Algunos tenían cómo pelearla pero muchos la han pasado mal.
Algunos me piden laburo y es una situación difícil. Los sonidistas y DJs son los que menos trabajo tenían y la han pasado mal. El lugar y la zona donde estamos no nos favorecen para abrir un bar así que estoy esperando que algún día se pueda abrir con todo, no me interesa de otra manera.
¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?
Las fiestas clandestinas están mal, nosotros nunca apoyamos eso, estamos en una situación muy delicada donde hay que cuidarse. Cuando se podía he ido a comer asados con mis amigos pero ahora pones mucho en riesgo a tu familia, entonces hay que pensar un poquito.
Esto no pasa solamente acá, es en todo el mundo así que hay que cuidarse, pienso que ya va a pasar, hay que pedirle a Dios. Agradecerle que estamos bien y al que le toca ayudarlo, a algunos les toca antes y a otros después pero a las fiestas no hay que hacerlas.
Hay que tratar de estar lo más que se pueda con la familia porque está complicado todo. Las condenas me parecen muy bien porque son todos hijos del rigor, si no haces eso va a ser una locura, entonces eso los sostiene y les da miedo para que no sea todo un descontrol.
¿Podrían volver a la actividad con nuevos protocolos?
Es muy difícil trabajar así, yo soy de la idea de que con un 30% o 40% no sirve. Está bien que hay que adaptarse pero con estos protocolos no le podría pagar ni a los empleados, por eso no me he inquietado mucho en abrirlo ahora como resto bar.
Para que una discoteca funcione al día para poder vivir tenés que tenerla a pleno y es muy difícil ahora. Seguiré trabajando aparte y cuando se pueda abriremos, tampoco soy de la idea de abrir ahora para perjudicar gente.
Voy a esperar el tiempo que sea necesario. Al salón lo dejé de pagar porque me era imposible, lo bueno es que el dueño del local me entendió y quedamos en que cuando vuelva todo ojalá podamos seguir trabajando.
¿Nada será como antes?
En la vida cotidiana a mí la pandemia me ha dejado muchas reflexiones como valorar y cuidar a la familia y a los seres queridos, principalmente a los grandes. Uno ha aprendido a valorar eso porque esto es muy complicado, con esto no se jode.
En cuanto a las discotecas, para mi van a volver igual que antes, la joda y la noche van a ser igual. La gente quiere salir a divertirse, más allá de que puedan cambiar algunos protocolos, si abrís un boliche ya la gente va a ir.