De Pocito a Río Turbio: el sanjuanino que enseña a hacer semitas en el sur
Se trata de Ramiro Balmaceda, quien hace catorce años reside el frío paraje de San Cruz pero lleva lo sanjuanino en la sangre.
Buscando un mejor futuro, Ramiro Balmaceda aprovechó la indemnización que había recibido y partió desde Pocito hasta Río Turbio, Santa Cruz. Lo que nunca iba a imaginar era que con los años se iba a convertir en el “referente sanjuanino” en la zona. No solo la Municipalidad del lugar lo invitó a un evento para explicar cómo hacer las típicas semitas sino que desde hace cinco años organiza una cena cada 13 de junio para conmemorar la fundación de San Juan.
Era enero del 2006 y Ramiro tomó la difícil decisión de irse de su pueblo natal, La Rinconada, para probar suerte junto con su esposa y beba en ese entonces a Río Turbio. Se fue con la promesa de un trabajo que al final nunca se concretó, y con el dinero ahorrado, sobrevivió unos meses para pagar el alquiler. Hasta que se le dio la oportunidad de estudiar la carrera de Policía.
“Mi padre y mi abuelo materno fueron policías, y en San Juan por algún motivo no se me daba. Hice el curso de seis meses en Río Gallegos y en el 2007 comencé a ejercer”, comentó el pocitano. Ese fue el puntapié para que de a poco fuera formando su vida en el frío pueblo que no supera los 10.000 habitantes.
Pero allí no estaba solo: Ramiro descubrió que había más sanjuaninos como él residiendo en el lugar. “Somos cerca de treinta personas con las que mantenemos el contacto constante y nos compartimos fotos y noticias de San Juan”, detalló. Esta compañía, sumado a su constante nostalgia por la provincia es que el pocitano decidió organizar una cena el 13 de junio, por la fundación.
Desde hace cinco años, Ramiro organiza cada 13 de junio una cena o almuerzo para celebrar un nuevo aniversario de San Juan. Bajo el nombre, “sanjuaninos residentes en la Cuenca Carbonífera” invitan a la gente para sumarse. Incluso, artistas locales participan del festejo para tocar la clásica tonada sanjuanina.
El título de “referente sanjuanino” lo tiene bien ganado Ramiro. El año pasado, la Municipalidad de Río Turbio lo invitó a participar una festividad de colectividades, para que subiera un video explicando cómo se hace la semita sanjuanina. “Dos veces a la semana siempre hago la masa en mi casa, así que fue un orgullo poder mostrar la receta”, contó feliz el pocitano. Además, agregó que a todos los que la han probado “les encanta”.
No solamente Ramiro hace sus semitas sanjuaninas caseras, además compra membrillo para hacer dulce, consigue melón y uva “a precios exorbitantes, pero es lo hay” según él. Y cuando quiere comer el famoso corte de carne punta de espalda, típico de San Juan, debe ir unos días antes a una carnicería amiga para que se lo preparen.
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Cuando ocurrió el terremoto el 18 de enero en San Juan, una vez más Ramiro representó a la provincia en Río Turbio. Los diferentes medios locales se hicieron eco de la terrible noticia y el pocitano fue entrevistado en varias ocasiones. “Conté lo que había pasado y además hice un raconto de la historia de los temblores en la provincia”.
Además, como el epicentro fue en su pueblo natal, Ramiro no lo dudó y organizó una colecta para ayudar la que estaba organizando Radio La Lechuza en ese entonces. En este sentido, Ramiro manifestó que sintió “mucho dolor por las familias que perdieron todo durante el terremoto. Me duele porque sé lo que es sentir el susto de un temblor. Ver todo el daño que dejó en la Rinconada”.
Estas noticias de Pocito lo hacen extrañar aún más su lugar de crianza. “Lo que más extraño es sentir el aroma de la finca, poder cortar un damasco fresco del árbol; lavar la uva de la canaleta que pasa por la calle 14; y pasar por la escuela donde hice la primaria, la José Rudecindo Rojo”.
De San Juan también extraña mucho no solo la calidez de las personas sino también el clima. “No me gusta para nada el frio y pensar que en Río Turbio puede hacer hasta 15 grados bajo cero en invierno, con un viento de 70 kilómetros por hora”, manifestó Ramiro entre risas. “Extraño salir a dar una vuelta por el Dique o visitar la Difunta Correa para Semana Santa. Poder encontrarse con algún amigo y juntarse a tocar la guitarra”.
Ramiro lleva a San Juan en la sangre y lo demuestra: con su camiseta puesta, trata de no perderse ningún partido de Atenas, club de Pocito, y de San Martín también. Asimismo, siempre está al tanto de todo lo que sucede en San Juan viendo los canales locales a través de Youtube. Aunque, Ramiro visitó por última vez hace cuatro años y pudo apreciar cómo ha cambiado todo desde que se fue.
“Me fui con el “monumento al cemento” y cuando regresé ahora es el Centro Cívico. Es un orgullo ver cómo ha mejorado la urbanización, la erradicación de villas y que cada vez más familias puedan acceder a la vivienda digna. A la distancia se ve San Juan más pujante y avanzada”, comentó Ramiro.
Existe una leyenda tehuelche que dice que todo aquél que coma la fruta Calafate, vuelve siempre al lugar. Ramiro aseguró jamás haberla probado en sus catorce años de vivir ahí porque esperar jubilarse para regresar a San Juan de una vez por todas. “Mis amigos de acá se ríen cuando les digo que no quiero probarla, pero es que cuento los días para volver”, finalizó.