Este lunes, desde el Refugio El Aguila, contaron a Canal 13 una noble historia. Los residentes del lugar, comenzaron a fabricar pan casero para vender y hacerle frente a la crisis y al duro momento personal que atraviesan las personas en situación de calle.

Vivi Fornés, creadora del refugio, comentó que todo comenzó cuando les donaron un pequeño horno eléctrico. “Teníamos harina, y no teníamos pan, asique dijimos de hacer un pancito a ver cómo salía. Lo probamos y nos salió riquísimo”, dijo. Luego, contó que “uno de los policías que viene a cuidarnos, tiene a su papá que es panadero y nos empezó a enseñar cómo hacerlo. De ahí salió la idea de vender. Hace dos días que los chicos están haciendo el pan para vender y estamos en eso, recién empezamos. El hornito por ahora que tenemos es muy chiquito, pero esperamos que siga creciendo para tener un horno más grande”.

Para la directora del refugio, en la actual situación de emergencia sanitaria por el coronavirus, “son momentos de reinventarse y ver cómo podemos pasar esta situación que es difícil para todos. Estar aislado las 24 horas se hace pesado. Y esto esta bueno porque no solo deja algo de plata sino también se entretienen”.

Por su parte, Gustavo, uno de los residentes de El Águila, contó a Canal 13 su propia experiencia luego de dejar la calle para instalarse en el refugio y comenzar a fabricar pan para la venta. “Esto nació por Vivi Fornés que es la que maneja el refugio El Águila, nos sostiene, nos cuida, nos tiene presos”, bromeó. “Lo de hacer el pan surgió para ocupar el tiempo, no aburrirnos y para no pelearnos”, dijo el hombre.

“Con este trabajito ocupamos tiempo y a la vez hacemos nuestra monedita para nosotros. Con esto nos sirve para comprar y nos vamos manejando”, contó Gustavo. Además, aseguró que “no nos falta comida, pero igual necesitamos. En lo que puedan ayudarnos será bienvenido”.

De vivir en la calle a vender pan, la noble historia de los 'sin techo' sanjuaninos
El pan casero de el Refugio El Águila

Incluso, desde el refugio, pidieron ayuda con harina, levadura e ingredientes para la fabricación del pan. “También necesitaríamos un horno más grande porque apenas podemos hacer 5 panes a la vez y no aguanta mucho. Teniendo un horno más grande podemos producir más y buscar más clientela”, sostuvo Gustavo. “Ojalá que esto nos funcione, y si conseguimos un trabajo para afuera, bienvenido”.

En cuanto a la producción del pan, explicaron que son dos grupos de a tres personas los que van amasando y preparando el pan mientras otro grupo va horneando. De ese modo, por turnos, van produciendo, de acuerdo a la capacidad del horno.  

Vendemos panes acá en el refugio (calle Estados Unidos 1330 sur). Llevamos 16 panes vendidos a una casa de comida y nos van encargando más. El precio del pan casero por unidad es de 50 pesos.

El hombre, contó que estuvo en la calle por mucho tiempo. “La pasé mal, no comía, tengo muchos conocidos que me ayudaron y apareció la Vivi y me llevó al médico, hizo los tramites y me llevó al refugio. Estoy bien gracias a ella”, dijo.

“Esta segunda oportunidad es muy buena. No hay que desaprovechar esto porque Vivi hizo algo por mí y eso hay que valorarlo. Y eso le digo a toda la gente: si pueden salir de la calle y tienen una oportunidad que lo aprovechen”, finalizó Gustavo.