Alejandra y Gimena son dos amigas sanjuaninas que desde hace casi tres meses emprendieron viaje hacia una nueva vida en Suecia. En plena pandemia dejaron San Juan para cumplir con sus sueños de conocer y probar suerte en un país lejano. Las jóvenes hablaron con Diario 13 y compartieron sus experiencias. 

"Hace mucho tiempo pensaba irme a otro país o hacer un viaje de mochila para experimentar cómo era vivir en el exterior. Al principio me aterraba irme sola, pero después surgió la posibilidad de viajar con Gimena y me animé", dijo Alejandra Recabarren. La joven tiene 28 años y dejó su trabajo en una escribanía para aventurarse a esta nueva experiencia. 

Por su parte, Gimena Aballay de 29, contó que luego de un viaje de estudio en 2015 se quedó con ganas de vivir en Europa. En ese entonces recorrió durante un mes países como en Italia, España y Francia con la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de San Juan. "Independientemente de los gobiernos o lo que puede pensar la gente, mi idea fue venir y disfrutar de la arquitectura, la historia y demás desde adentro. Sentí que el viaje con la facu no me alcanzó y siempre planeé volver", explicó. 

Del sueño a la aventura: dejaron San Juan en plena pandemia para vivir en Suecia
Alejandra Recabarren en Estocolmo, Suecia

El año pasado, estas amigas sanjuaninas se enteraron que Suecia ofrecía visas de trabajo a ciudadanos argentinos y decidieron realizar los trámites correspondientes. Anteriormente habían averiguado para viajar a otros países como Dinamarca o Francia, pero exigían mayores requisitos. 

Luego de evaluar todas las opciones se inclinaron por Suecia. “El papeleo es medianamente fácil. Como estábamos en San Juan, se nos dificultaba dirigirnos a las distintas embajadas dentro del país para iniciar los trámites. Suecia permitía hacer los tramites on line”, explicó Alejandra.

La odisea de viajar en Pandemia 

Luego de aplicar para la visa comenzó la odisea de viajar en plena pandemia. No fue nada fácil teniendo en cuenta la delicada situación sanitaria y las restricciones que regían tanto en Argentina como en otros países. “Fue complicado. Todos los días las medidas iban cambiando. Según el día que viajaras seguro tenías experiencias distintas. O por ejemplo los requisitos que tenías que presentar en los hoteles eran distintos, los papeles que había que presentar también, todo iba cambiando”, comentó Gimena.

Tuvimos muchísimos problemas para salir del país. En Ezeiza nos retrasaron 3 horas y tuvimos que correr para subirnos en el avión. Para nuestra visa, los suecos nos mandaron un PDF que no tiene ni firma, ni sello, ni código de barras. En el aeropuerto nos miraron con mucha desconfianza, mostramos el mail de Migraciones, pero nos costó mucho que nos dejaran subir al avión. El documento no era confiable y nosotras no teníamos la tarjeta de residencia porque se hacía en Buenos Aires y por el Covid no podíamos viajar”, explicó la joven. 

“Hubo un momento en el que la aerolínea se puso re pesada y tuvimos que rogar. Y así nos dejaron pasar con mucha suerte”, agregó. 

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Gimena Aballay en Estocolmo, Suecia

Tras salir del país no volvieron a experimentar inconvenientes en otros aeropuertos aseguraron. “Hicimos escala en Madrid, Barcelona y París hasta que llegamos a Estocolmo y cero problemas”, dijo Alejandra. 

Suecia: una vida distinta

Ya en tierras nórdicas, las sanjuaninas se vieron sorprendidas por varias diferencias desde lo económico, lo cultural, la pandemia y la vida social del país europeo. 

Suecia no es caro, ¡es carísimo! Pero la mayoría de los sueldos están acorde a lo que se gasta y la mejor parte es que no hay inflación, o es súper mínima. Entonces los precios se mantienen. No está esa incertidumbre de no saber si el mes que viene te suben el alquiler o si te vas a gastar el doble en una compra del súper. Un ejemplo que me sorprende siempre es que con un sueldo básico se puede comprar el último IPhone, en cambio en Argentina es casi imposible o hay que endeudarse por un par de meses”, relató Alejandra.  

La joven que trabajaba en una escribanía en el centro sanjuanino, ahora se dedica a tareas de limpieza doméstica y delivery en Estocolmo. De esa manera solventa su nueva vida. 

Conseguir trabajo en época de pandemia tampoco fue sencillo. Pero logró acceder a ofertas mediante una página web en la que hay casi 12 mil propuestas laborales. 

“Nosotras por la fecha que llegamos encontramos trabajo no calificado medianamente rápido. Pero también conocemos gente que estuvo casi 4 meses sin laburar. En lo que consta de un trabajo profesional si es complicado conseguir porque generalmente piden como requisito idioma sueco”, dijo. 

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Alejandra, Gimena y otras amigas

Gimena, en cambio, aseguró que en Suecia se puede vivir bien, pero tampoco es "tirar manteca al techo". La joven es arquitecta, pero actualmente trabaja para una empresa que se dedica a la limpieza de casas particulares. "El sueldo de un profesional en Suecia es de unos 3000 euros o más. Pero por ahora encontramos trabajo no calificado en el que ganamos entre 800 y 1000 euros por mes. No es que venís y te hacés millonario", recalcó.

"Con lo que ganaba en Argentina, el alquiler representaba un 40% de mi sueldo más o menos. Para un sueldo sueco representa un 20%", comparó la joven. 

También, dijo que la pandemia afectó la posibilidad de trabajos que en una situación normal aprovechaban muchos inmigrantes. "Antes podías trabajar como mesera, ahora no hay tantos restoranes. No se puede sacar a pasear a los perros, etc. Tampoco podés ofrecer visitas guiadas para turistas", comentó.

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Gimena sobre un lago congelado en Suecia

Las sanjuaninas, comentaron que de todos modos, existen formas de "rebusque" que muchas personas utilizan para hacer rendir más las ganancias. Por ejemplo, hay iglesias que brindan asistencia y alimentos. De ese modo se puede ahorrar en comida. 

También el uso de bicicletas es una alternativa para no tener gasto en transporte público. Además, es común que muchas personas junten materiales reciclables y lo vendan en sitios dispuestos por el Estado para conseguir algunos euros extra. "En mi experiencia, la vida acá tiene ciertos sacrificios", resumió Gimena. 

¿Cómo se vive el Covid 19 en Suecia?

Las viajeras también advirtieron diferencias en cuanto al impacto de la pandemia. "Suecia parece una burbuja. Aquí nadie está obligado a nada. Solo recomiendan el uso del barbijo en transportes públicos y el distanciamiento social, pero son tan respetuosos que lo cumplen. La vida sigue normalmente con ciertas restricciones. Por ejemplo, bares y restó cierran a las  8 pm. Pero esa hora para ellos ya es tardísimo. Muchos realizan home office pero la mayoría sale todos los días a trabajar y pasear", describió Alejandra.

Gimena, coincidió en que "la gente cumple con las normas que han impuesto. Si te le acercas mucho a alguien, se enojan. Ellos cumplen mucho con las medidas. Si bien sigue todo abierto, mucha gente trabaja home office. Por eso no se ve mucha gente en la calle, no hay amontonamiento de gente". 

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Calles de Estocolmo

La cultura y costumbres  

Otros aspectos que sorprendieron a las viajeras sanjuaninas tiene que ver con la cultura, la idiosincrasia y las costumbres del país escandinavo. 

"Me sorprendió la cantidad de cosas gratis que podés conseguir. Hay una aplicación donde la gente regala cosas. Se compran un televisor nuevo y te regalan el viejo. Si vos pones que lo querés, vas y lo retiras. Así de simple", relató Alejandra.

"La seguridad, eso de salir a la calle y no sentir miedo. En uno de mis trabajos necesito ver mi celular constantemente y lo saco con total tranquilidad porque sé que no me lo van a robar. Me siento tranquila caminando sola por calles oscuras y cada vez que lo pienso no lo puedo creer porque vengo acostumbrada a otro tipo de cosas", agregó.

"A mi me sorprendió la restricción al alcohol. Acá está regulado por el Estado y hay locales autorizados para vender en ciertos horarios. Me contaron que el Estado tuvo que intervenir porque es muy alto el consumo de alcohol en el país". Cuando abren los locales arrasan las góndolas", contó Gimena. 

La joven también se mostró asombrada por lo "estructurado" de las personas. "Los ves a todos de punta en blanco, el pelo perfecto, son muy correctos. Muchas veces hace que yo  me mire y piense que estoy desprolija. Son muy estructurados, todos prolijos", dijo. 

Otra de las diferencias culturales con Argentina son las regulaciones para la tenencia de mascotas. "No hay animales callejeros. No se ven en la calle. Una persona que acá quiera tener una mascota tiene que demostrar solvencia económica y pedir un permiso. El Estado tiene que corroborar tus condiciones para poder mantener ese animal. Por eso mucha gente compra animales ilegales o en otros países", contaron las jóvenes. 

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La tranquilidad en las calles de Suecia fue uno de los aspectos que destacó Alejandra Recabarren

Con respecto a esto, agregaron que mucha gente aprovecha estas condiciones para dedicarse a ser cuidadores de animales domésticos. "Mucha gente trabaja 8 horas y no te permiten dejar a una mascota tanto tiempo sola. Asique contratan a alguien que lo pasee y lo cuide", comentaron. 

En otro orden de cosas, las chicas contaron que los suecos "van al grano" cuando de relaciones sentimentales se trata. "Los matrimonios son muy jóvenes. Si conoces a alguien por Tinder casi siempre buscan una relación formal. La costumbre argentina de conocerse, el chongueo, y todo lo previo a ser novios, acá no existe. Ellos son así", destacaron.

¿Qué es lo que no les gusta de Suecia?

Ale y Gime, coincidieron en que hay ciertas cosas de Suecia que todavía les cuesta asimilar. "Por ahora sigo sin acostumbrarme a los horarios suecos. En cierta época tenés solo 2 o 3 horas de sol al día y en otra tenés casi 20 horas de luz. En enero eran las 3 de la tarde y ya estaba completamente de noche. Entonces mi mente y cuerpo no sabia si tenía que ir a trabajar o ya cenar y acostarme a dormir", comentó Alejandra. 

En cuanto al idioma, dijo que los suecos son bilingües, hablan inglés a la perfección y muchos también conocen algo del idioma español. Por este motivo pudieron adaptarse mejor.   

"En el metro, una chica sueca me contestó en español una pregunta. Los suecos o los nórdicos tienen la idea de ir a Sudamérica con muchas ganas, se preparan y estudian el idioma". En una de las casas donde voy a limpiar me preguntaban por el acento. A veces quieren practicar con alguien hablar en español", agregó Gimena. 

Por otro lado, relataron que realizar trámites en Suecia puede ser una experiencia muy complicada. "Demoran muchísimo. Piden muchos y distintos requisitos. No son resolutivos", contaron.

También, dijeron que el trato laboral hacia algunos inmigrantes puede resultar hostil por parte de algunas empresas. 

¿Cómo ven a los argentinos en Suecia? 

"Suecia es un mundo aparte. Hay gente que ni sabe donde esta Argentina. No tienen como un concepto armado de nosotros. Y también están los que tienen un perro que se llama Messi", dijo entre risas Alejandra.  Y agregó que a los suecos les gusta el ingenio de los argentinos: "En muchos lugares buscan a los latinos porque si se rompe algo saben como arreglarlo". 

"Cuando llegamos al primer hostel era como una mini Argentina. Había unos 20 argentinos. Vas en el metro y los escuchas hablar, los identificas. En la iglesia nos dijeron que había como 150 argentinos que suelen ir. Como la visa a ese país es ilimitada para los argentinos, viajan muchas personas", comentaron. Pero, todavía no encontraron a ningún sanjuanino, agregaron.

Del sueño a la aventura: dejaron San Juan en plena pandemia para vivir en Suecia
Gimena en la pintoresca capital de Suecia

¿Extrañan San Juan, cuesta el desapego?

"Se extraña la afinidad de la gente. Eso de decir: che nos juntemos a comer un asado con tu familia o amigos y pasarse el día compartiendo. Pero depende de cada personalidad. Yo por ahora no estoy sufriendo por estar lejos.  Obvio se extraña la familia, pero por ahora estoy chocha en Suecia", dijo Alejandra. 

Gime, en cambio, reconoció que su punto débil es su sobrina de 3 años, de quien más le costó despegarse. Pero aseguró que no le costó dejar la provincia. "Yo antes de venirme para acá estuve viviendo sola y creo que fue una etapa intermedia. Me costó más  vivir sola cuando estaba en San Juan que acá", comentó.

"Estamos viviendo en una casa con 6 argentinos asique no se siente la soledad y los argentinos son súper solidarios. Te hacen sentir que no estás solo. Uno en sus mambos se puede sentir solo pero acá están todos juntos y eso ayuda muchísimo", agregó. 

En este sentido, coincidieron en que la tecnología ayuda a mantener contacto permanente con sus seres queridos en San Juan. 

¿Qué van a hacer después de Suecia? 

Ambas viajeras tienen planes de seguir conociendo Europa. Alejandra contó que le gustaría vivir en Alemania y Gimena se inclinó más por algún país de habla hispana, como España. 

No obstante, la joven arquitecta confesó que ama San Juan y planea regresar después de un tiempo. "No me quedaría a vivir en Suecia. No se acostumbro al clima tan frío, teniendo en  cuenta que hay mucha diferencia con San Juan. A veces no te dan ganas ni de salir del frío que hace", reconoció. 
 
¿Un consejo para la gente que quiera visitar Suecia?

Alejandra aconsejó a futuros viajantes que no se guíen por las páginas que ofrecen viajes "pintando que todo es muy fácil". También advirtió que muchos medios en Argentina desinforman sobre la realidad en otros países

"Otro consejo es  tener un buen ahorro. Que que cuenten para vivir por lo menos tres meses por el tiempo que se demora en conseguir trabajo y cobrar el primer sueldo. Algunas páginas te dicen que con llevar para vivir un mes está bien. Pero en realidad tenés que contar un mes que te tardas en buscar trabajo aproximadamente, otro mes en el que empezás a trabajar y otro mes que se demora el primer pago, porque acá se cobra a mes vencido después del 20", comentó la joven.

A propósito, Gimena dijo que el consejo es que se pongan en contacto con alguien que esté en Suecia y que le pregunten dónde trabaja, cuánto ganan, que empresas hay para trabajar y que se informen con sitios oficiales. "Hay muchas páginas que sirven para enseñarte cómo llegar a Suecia y está genial. Pero  cuando te hablan de cómo solventarte pueden agrandar mucho las cosas", culminó.