A raíz del fuerte terremoto de más de 6 grados que se produjo el pasado lunes 18 de enero, muchas familias quedaron en la calle. Esto provocó que los más afectados tuvieran que resguardarse donde pudieran de la lluvia que se desató una semana después. Este es el caso de Marcelino que se protegió del agua bajo una chapa, ya que su vivienda se había derrumbado anteriormente.

Marcelino Cabrera es un adulto mayor del departamento Pocito. Este hombre hace más de 30 años que vivía en una vivienda que era precaria pero que ya se había convertido en su hogar. En este domicilio el hombre era asistido por su nieta mayor, quien regularmente acude a cuidarlo.

Lamentablemente debido al dañino terremoto que se registró el 18 de enero, el pocitano sufrió el derrumbe de su casa. Esta construcción cedió en su gran mayoría y sólo se mantuvo en pie una parte que estaba hecha de ladrillos, la cual sostenía un sector del techo de chapa.

"Tras el terremoto quedó todo destruido, rajeteado, no pudimos vivir ahí porque esta todo roto y bueno hay que tratar de salvar la vida de uno. Gracias a Dios la vida de uno y los muebles los hemos rescatados todos, no nos ha pasado nada", expresó el damnificado ante el móvil de Canal 13.

Si bien el afectado contó que las autoridades se comprometieron a asistirlo, recién el días martes consiguió que le prestaran un lugar donde vivir temporalmente. Esto quiere decir que debió enfrentar la lluvia del lunes 25 de enero, bajo los restos de su casa precaria.

"He estado viviendo abajo de algunas moras y de un techo que todavía no se caía. Una parte era de ladrillo, eso más o menos aguantó y así hemos estado. La lluvia la pasé abajo de ese techito con toda mi familia que somos siete. La hemos pasado así. De a ratitos dormíamos y de a ratitos nos teníamos que levantar porque no se aguantaba", reveló Marcelino.

Afortunadamente los trozos de adobe que aún permanecían de pie, no se derrumbaron ni se destruyeron durante esa noche. Luego de atravesar estas horribles e interminables horas de tormenta, el abuelo recibió una buena noticia. Unos amigos le ofrecieron que viva en su casa hasta que los trabajadores del Gobierno Provincial puedan solucionar su situación. 

"Unos amigos nos han ofrecido una casa, así que vamos a tener que disparar para donde están ellos para que nos presten hasta que nos entreguen aquí. Tenemos mucha ayuda de vecinos, amigos y de gente que no nos conoce. Ha venido gente de afuera que nos han traído de todo. Estamos esperando que nos den una solución, nos han dicho que entre 15 y 20 días nos van a entregar módulos", sentenció el abuelo.