Despertó el niño que recibió un disparo en la cabeza por parte de su padre
El pequeño de 9 años recobró la conciencia y pidió agua y materiales para dibujar, según contaron sus familiares. Su estado sigue siendo delicado.
Un hecho que puede ser catalogado como un milagro ocurrió en el Hospital Rawson. El niño que lucha por su vida, tras ser baleado por su padre, despertó. El pequeño recobró la conciencia el sábado 25 de noviembre y ya les hizo saber a los doctores, enfermeras y familiares, que desea tener materiales para dibujar, además de que pidió agua, según revelaron fuentes judiciales.
Los familiares del chico contaron en las afueras del Rawson, que está consciente y que se fortaleció un poco la esperanza de que pueda recuperarse. El pequeño lucha por su vida desde la madrugada del jueves 23de noviembre, cuando su padre le disparó a él, a su madre y su pequeño hermano de 4 que tiene autismo, para luego intentar quitarse la vida.
La familia contó que el parte médico denotó una pequeña mejoría en el niño. Sigue internado en el área de terapia intensiva del Hospital Rawson y su estado de salud sigue siendo delicado, puesto que la bala impactó cerca de su oreja derecha, en la cabeza.
El estremecedor testimonio de la mujer, a la que su marido baleó junto a sus hijos
D.J.H. dio declaraciones acerca de la noche trágica que vivió con sus hijos en la trasnoche del jueves 23 de noviembre. La mujer fue atacada por José Luis Miranda, su ex pareja, en la vivienda que supieron compartir en Rawson. El sujeto intentó asesinarla a ella y a sus hijos, durante un horrendo episodio de violencia de género.
'Ese día era un demonio. Sus ojos, su cara, la forma en la que le hablaba a los niños, a mí. Era algo horrendo, muy feo. No lo quiero ver nunca más en mi vida, no se merece los hijos que tiene ni nada en esta vida. Él siempre me decía que me iba a arruinar la vida, pero nunca pensé que iba a atacar a sus hijo', expresó D.J.H.
La víctima del hecho, dio su versión de los hechos al medio La Brújula SJ, de lo vivido en la Villa Don Pablo. Según comentó Miranda, concurrió a la vivienda alegando que como se iría a otro lugar a trabajar quería ver a sus hijos antes de partir. Por lo que se presentó ante ellos, les compró helados y jugó a la pelota. Luego cenaron y acto seguido los niños volvieron a agarrar sus juguetes. Fue entonces que el hombre le pidió a la damnificada que hablaran sobre el tema económico y pautar los días en que él vería a sus hijos. 'Yo le pedí un monto de plata y me dijo que por eso monto él podía ir cuando quisiera y quedarse si quería. Yo le dije que eso no, que iba a hablar con mi abogado, que yo no podía decírselo ya sí o sí. Seguimos hablando de eso, de la plata, del alquiler, de los gastos extras y después me empezó a decir que él siempre estaba en la puerta por si entraba otro hombre. Yo le dije que yo solo estaba con mis hijos ahí y empezó a decirme que él veía entrar a otros. Le dije que no me molestara con eso, que no era así. Y me dijo 'sacá un papel y escribí que no vas a dejar entrar a nadie'. Yo le dije que ya no estábamos hablando de los niños, que ya estábamos hablando de cualquier cosa, que se fuera y ya era muy tarde también”, expresó la mujer acerca del inicio del calvario que le tocó enfrentar.
Tras el pedido de la mujer, de que se fuera de la casa por el horario que era, el hombre le habría dicho: "Me dijo que no 'si estamos hablando es porque era importante. Yo, si quiero, te los puedo quitar. Vos no podes dejar entrar a cualquiera' y lo le dije que no entraba nadie. Le dije que ya me estaba hablando mal, diciendo cosas que no son. Ahí me empezó a decir que si tenía que estar todas las noches ahí, iba a estar. Volvió a decirme que escribiera en el papel eso y yo le dije que no lo iba a hacer y que se fuera o iba a llamar a la policía. Empezó como que quería llorar, se enojó, le cambió mucho la cara. Empezó a decirme ‘por qué no me dejaste antes, por qué tuvimos otro hijo, por qué hacía esas cosas’. Yo le dije que ya estaba, que se dedicara a ser un buen padre y que yo estaba ocupándome muy bien de mis hijos. Y volvió a pedirme que escribiera y le dije que no y que se fuera. Me fui acercándome a él para que se fuera y ahí sacó el arma y me empezó a apuntar a la cara", continuó explicando el aberrante hecho de violencia.
Ante la desesperación de no poder salir de su casa y tampoco lograr que él se fuera, D.J.H. aseguró que empezó a "a gritar y gritar. Me dijo que me callara y ahí se despertó mi hijo más grande. Yo los agarré a los dos, me metí a la pieza y cerré la puerta. Él la tiró a la puerta, la rompió, la sacó. Me agarró de los pelos y me metió al baño. Mi hijo más grande me siguió y ahí nos apuntaba a los dos. Ahí yo marqué al 911 porque, como yo estaba atrás de mi hijo, él no veía el celu. La verdad que no sé si me atendieron, si me escucharon. Yo lo acercaba un poco a mi boca y decía mi dirección. Después nos metió a la pieza otra vez y ahí estábamos de nuevo los tres en la cama' contó la víctima del hecho.
Mas adelante, prosiguió con su relato de esta manera: 'Me trajo una hoja y una lapicera para que escribiera con qué hombres había estado, yo le dije que dejara de apuntar a los chicos, que los dejara salir, que él solo hablara conmigo. Me dijo que cerrara la cortina para que nadie viera. Y ahí, cuando yo cerré, me quedé parada al lado de la ventana y mi hijo volvió a ponerse delante mío cubriéndome. Le pedí que los dejara salir y me dijo ‘de aquí no va salir nadie vivo’. Miré por la ventana y vi que estaban mis vecinos. Me pidió las llaves y se las di. Él les dijo que se fueran, que eso era problema nuestro y yo les pedía que se quedaran, que me ayudaran. Cuando vi que ya no estaban ahí, corrí para abrir la puerta, porque él estaba más cerca de la puerta del baño, y el disparó pero no salió la bala cuando me apuntaba a la cara. Pero cuando yo ya le daba la espalda empezó a disparar más y esas sí salieron".
"No sabía dónde me disparó, pero sí sabía que fue en la cabeza porque empecé a sentir zumbidos. Caí al piso y con no sé qué fuerza me paré y abrí la puerta. Le pedí a los vecinos que entraran y nadie quería entrar. Él vino cerró con llave y se quedó con los niños. Empezó a amenazarme por la ventana y me decía que me saliera porque me iba a matar. Los apuntaba a los niños y yo en ese momento, salí a la vereda y entraba viendo quién me podía ayudar. La policía aún no llegaba. En una de esas que vine, ya vi que estaba todos en el piso y empecé a patear la puerta y la rompí. Entré y saqué a mi hijo más grande y lo llevé hasta el patio. Ahí llegó la policía y le dije que entraran, qué él estaba tirado en el piso y que parecía que se había disparado. Cuando ingresó la policía, yo entré y saqué a mi otro hijo. Estuve con los dos en el patio de mi casa. Uno de mis hijos perdía mucha sangre y la ambulancia no llegaba. Yo iba y volvía a fuera, sentía que algo tenía en la cabeza porque me molestaba, pero no me quedé quieta hasta que llegó la ambulancia y nos llevó", añadió D.J.H., quien recalcó que él ya había realizado una denuncia formal en la Comisaría 25ª por violencia el pasado 10 de octubre cuando Miranda había ingresado a la fuerza en su casa, la violentó verbalmente y empezó a revirsarle el celular.
D.J.H. se encuentra en observación, ya que aún tiene alojadas las balas en su cabeza. Su hijo menor ya se encuentra fuera de peligro.