Este martes San Juan amaneció con una tragedia: tres personas y su mascota murieron tras intoxicarse con monóxido de carbono. El triste suceso encendió las alarmas en los hogares de la provincia que comenzaron a dudar de su seguridad ante una posible mala combustión. En este contexto, Diario 13 consultó con un especialista sobre el detector de monóxido, un aparato esencial contra el asesino invisible.

El monóxido de carbono ataca en silencio: no da señales y en pocas ocasiones alerta con síntomas. A veces provoca mareo, dolor de cabeza, falta de aire, náusea, decaimiento, somnolencia, vómitos y sensación de desmayo. Sin embargo, en otras desencadena una muerte rápida y sigilosa, sin previo aviso.

Antonio Fernando Olivencia, de 29 años; su madre, Azucena Mabel Sánchez, de 50, y Federico Leuzzi, 32, vecino de ambos, son los sanjuaninos que fallecieron a causa de un calefactor en mal estado, según las primeras hipótesis. El mismo día otras dos ciudadanas de la provincia estuvieron al borde de la misma desgracia, pero pudieron evitar la muerte debido a que detectaron los síntomas a tiempo y llamaron al 107; la falla de una estufa de gas natural es la que ocasionó la intoxicación de las mujeres, que tuvieron que ser internadas.

Los casos de intoxicación son comunes en invierno, cuando el duro frío hace necesario calefaccionar las viviendas. Por esto, días atrás el ministerio de Salud Pública de San Juan emitió una serie de recomendaciones para prevenir catástrofes. Ellas son: controlar los artefactos con gasistas matriculados, revisar que la llama tenga un color azul uniforme, encender y apagar los braseros y estufas a leña fuera de la casa, no arrojar el fuego encendido, plásticos, gomas o metales, apagar brasas y llamas antes de dormir, ventilar los ambientes diariamente, controlar que los respiradores no estén obstruidos, dejar una puerta o ventana entreabierta y no utilizar el horno o las hornallas de la cocina como calefacción.

Si las precauciones no son suficientes para tranquilizar el miedo al cauteloso enemigo, existe la posibilidad de comprar un detector de monóxido de carbono -que no reemplaza las precauciones recién mencionada, sino que es un complemento para mayor seguridad-. El aparato es de fácil instalación y "altamente recomendable" por el gasista matriculado y Presidente de la Asociación de Gas, Sergio Slobodjnach porque "puede salvar vidas".

El detector es electrónico y funciona a pila, tiene que colocarse en la pared de la habitación que se quiera controlar. "Va cantando la cantidad de partículas por millón de monóxido de carbono y cuando llega al tope suena", explicó el profesional. Es decir, la alarma se encenderá cuando el ambiente esté contaminado.

"Lo recomiendo. El que tiene dinero y lo puede colocar que lo haga. Sobre todo en instalaciones anticuadas", manifestó. La marca que Slobodjnach recomendó es Intelligent Gas, "es lo que estamos usando y lo que está en el mercado accesible".