En el marco del Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, que se conmemora el 26 de marzo, los expertos hacen un llamado a la detección precoz como clave para combatir esta enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que el cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo más común de cáncer en mujeres a nivel mundial, con aproximadamente 604.000 nuevos casos y 342.000 muertes registradas anualmente.

Este tipo de cáncer es causado por el crecimiento descontrolado de células en el cuello del útero, generalmente vinculado a una infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH), una enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo, es posible curarlo si se detecta tempranamente y se trata de manera oportuna.

Los factores de riesgo incluyen la oncogenicidad del VPH, otras infecciones de transmisión sexual, embarazos tempranos, uso de anticonceptivos hormonales y tabaquismo.

Los síntomas pueden incluir sangrado vaginal después de las relaciones sexuales o entre períodos menstruales, flujo vaginal inusual, dolor pélvico y dolor durante las relaciones sexuales.

El doctor Humphreys, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Patología del Tracto Genital y Colposcopia, destaca la importancia de la vacunación contra el VPH, las pruebas de detección precoz y los tratamientos efectivos para prevenir el cáncer. También subraya la necesidad de un esfuerzo conjunto para erradicar esta enfermedad, que causa alrededor de 2000 muertes anuales en Argentina.

La detección temprana puede prevenir el desarrollo del cáncer de cuello uterino. Los métodos de diagnóstico incluyen el Papanicolau (PAP), la colposcopía y el test de VPH, que son efectivos para detectar células anormales o la presencia del virus.

La prueba de VPH es sencilla y tiene alta sensibilidad. Además, se puede realizar una auto toma de la muestra, lo que facilita el acceso al tamizaje para la prevención del cáncer cervicouterino y supera barreras en el acceso a la atención médica.