Diabetes: la enfermedad silenciosa que explotó con la pandemia
Encierro, aislamiento, sobrepeso y sedentarismo, son desencadenantes de un mal que se padece de por vida.
Elías tiene 10 años. Tuvo angustia, falta de apetito y decaimiento. Sus padres, llenos de incertidumbre lo debieron internar. Los médicos dijeron que se trataba de una crisis por 'encierro'. Determinaron que la crisis había desencadenado un cuadro de diabetes. Para hacerlo más gráfico, le llamaron 'diabetes emotiva'. Pero el caso de Elías no es extraño para la doctora Laura Otiñano, directora del Programa Provincial de Diabetes. De hecho, durante la pandemia se volvió esperable.
Se supone que el aislamiento, la obsesión por la higiene, el miedo, pueden ser parte del tratamiento para combatir un virus a que tomó nivel de Pandemia. Sin embargo, también pueden terminar mal.
'Supongamos que tenemos una persona que pasa por una situación de gran estrés porque ha perdido un familiar o porque uno está internado en un estado grave. Después de una emoción así puede despertarse la diabetes. Para peor, lo hace de forma silenciosa, no tiene síntomas', señala Otiñano a Canal 13.
La especialista explica que no es por el evento en sí, sino porque 'hay una predisposición genética para tener la enfermedad y un cóctel de situaciones que no son favorables en ese momento'.
Señala que ciertamente, el encierro, el aislamiento y el temor son factores altamente negativos. 'Hay personas que viven solas y el aislamiento ha exacerbado el estado de soledad. La pandemia va en detrimento de cualquier estado de salud previo', explica.
Pero también hay factores externos: 'si asociamos la pandemia a la disminución de ingresos económicos, la alimentación es mucho peor. El aislamiento en los chicos, exacerbó el sedentarismo, empeoró esa situación que tiene que ver con ganancia de peso'.
Para tener una idea de cómo impactó el encierro, la especialista comentó que antes de la pandemia San Juan tenía un índice de ganancia de peso apenas por encima de la media nacional, algo que hoy cambió rotundamente. 'La mayoría de las personas aumentaba entre 1 y 3 kilos, ahora es entre 5 y 8 kilos', dijo.
Otiñano explica que hay tres tipos de diabetes: Tipo 1, más frecuente en niños y adolescentes, asociada con la destrucción de las células productoras de insulina, por lo que se debe terminar aportándola desde afuera a través de un inyectable, y la Tipo 2, asociada con la dificultad de que la insulina tenga acción en el tejido o que la misma sea defectuosa. Es más frecuente en adultos pero la relación con la obesidad hizo que llegara a edades más tempranas. La tercera, está relacionada al periodo gestacional del embarazo y tiene su fin llegado el parto.
'En este sentido, la emoción actúa como un desencadenante o puede desequilibrar los valores de glucemia. La emoción no es causa de diabetes. De hecho, la diabetes del tipo "emotiva" es una creencia popular y no es una forma de clasificación de diabetes', aclara la profesional.
Pero el resultado de la pandemia será nefasto. 'Vamos a tener un efecto pos pandemia que va a tener que ver con el incremento de peso, el sedentarismo, el aumento de colesterol, es un coctel de situaciones que no solamente van a estar empeorando la condición viral sino las enfermedades prexistentes del tipo crónicas, como la hipertensión, diabetes, colesterol', acentuó.