Alrededor de las dos de la madrugada de una noche de junio de 1977, una familia de apellido Ramirez vivió una verdadera pesadilla, formando parte de una comunidad trabajadora. Ellos, oriundos de Rivadavia, zona Desamparados, fueron testigos de la persecución de la dictadura que marcó la historia argentina.

Patricio, el padre de familia dormía junto a su esposa y sus hijas de tan sólo cuatro y  cinco años. Mientras descansaban se asustaron al escuchar los gritos de la abuela que pedía ayuda, entonces salieron de la casa del fondo para auxiliarla. Al salir fueron reprimidos por miembros de la fuerza policial.

Lo primero que observó Patricio fue como un policía tenía su arma colocada en la cabeza de su hermano y al mismo tiempo le preguntaba a viva voz acerca de un fonógrafo.  Mientras la abuela y las nietas intentaban refugiarse a la orilla de una pared.

El tiempo que transcurría era eterno, las nervios carcomían la mente de la familia que no entendía porque la fuerzas policiales habían ingresado a su hogar. Por otro lado Rosa, la esposa de Ramírez, comentó a Diario 13 que las fuerzas de seguridad ingresaron a las 2 casas y desordenaron todo, como buscando algo en especial. 'Cuando de repente un policía encontró una tela roja y gritó ¡¿De quien es esto?, ¿para que es?'. Ante ese grito,  Rosa contestó que era para hacer ropa de cama, pero quienes los reprimían insistían en que esa tela tenía otros usos.  Sin embargo, con el correr de los minutos finalmente le creyeron y la dejaron en paz.

Minutos mas tarde, la fuerza policial se retiró del lugar, dejando a toda la familia abatida, con miedo y con la incertidumbre de no saber porque eligieron esa casa para derribar sus puertas e ingresar a indagarlos.

Al día siguiente la mamá de Patricio se enteró el motivo por el que su familia fue violentada. Sucedió que en los cañaverales de la casa de enfrente los policías hallaron un fonógrafo y un equipo de transmisión casero. A los pocos días, en esa zona de Desamparados se supo que policías finalmente secuestraron a un joven que asistía a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Nunca mas lo volvieron a ver.

La familia Ramirez que actualmente reside en Chimbas, nunca olvidó este tremendo momento vivido. Por suerte las hijas del matrimonio no recuerdan nada de lo vivido y todos sobrevivieron a la mas larga y dolorosa noche que les tocó atravesar.