El "trapito" que recibió ayuda de la policía, contó su triste historia
El hombre, se negó a dejar su trabajo porque no tenía comida para sus hijos, pese a que estaba violando la cuarentena. La historia, conmovió a todo el país.
Durante el mediodía del jueves, una discusión en la vía pública terminó en una historia de solidaridad en medio de la crisis y la desesperación por el coronavirus. Javier Barassi, fue uno de los protagonistas de la historia que conmovió al país.
El hombre, que trabaja de cuidacoches en la Ciudad de San Juan, recibió dinero de dos policías para no ir detenido por violar la cuarentena. Javier, junto a un grupo de “trapitos”, se encontraba trabajando a pesar de que la actividad está prohibida, según las medidas de aislamiento dispuestas por el Gobierno para evitar el contagio de coronavirus. Cuando los oficiales llegaron para decirles que se fueran, él, decidió quedarse porque “no tenía para darle de comer a sus hijos”. Luego, el gesto de los policías, conmovió y emocionó a todos.
Un día después, Javier Barassi, contó detalles de lo ocurrido con la policía, y también, el duro momento que atraviesa junto a su familia por no poder trabajar.
“Es bastante difícil como trabajador y como ser humano. Bastante difícil para mi familia porque soy un padre que no tengo trabajo. Hace 4 años cuido autos. Trabajé en la construcción en blanco, luego me quedé sin trabajo y no me quedó otra que cuidar y lavar autos. No es un sueldo grande, pero con eso yo mantengo mi casa”, comentó a Canal 13.
El hombre, dijo que paga 7000 pesos de alquiler, 2000 pesos de luz, 820 pesos de gas y 520 pesos de agua. “Tengo 3 chicos y por la condición, tenía que salir a trabajar”, aseguró.
“Pasamos 30 días respetando la cuarentena con mucho sufrimiento. Los que están con aire acondicionado, Netflix, lujos, con las alacenas llenas de alimentos, con la heladera llena de productos congelados, es muy fácil pasar así la cuarentena. Pero cuando tenés 3 chicos menores de 7 años y no tenés nada en la alacena, no tenés ningún ingreso, es muy difícil”, relató.
El cuidacoches, comentó que “volvimos a trabajar hace 15 días y tenemos un hostigamiento serial de la policía. Los móviles nos vienen a llevar detenidos, a decirnos que nos vayamos, que no podemos trabajar por pedido del jefe de la Policía. La semana pasada, pasó y se volvió a repetir el jueves”.
“En mi casa es muy difícil, hay momentos que estamos solo con el almuerzo o la cena. Se nos hace difícil la comida, la leche. Recibimos ayuda con mercadería, pero no es suficiente. Se necesita para cargar la SUBE, para los chicos, para comprar carne, pollo, no se puede. Asique atinamos a hacer algo digno y salí a trabajar”, contó Barassi.
El día jueves, “llegó policía de la Comunal Capital y me dijeron que me tenía que ir y que no podía trabajar, sino me tenían que llevar detenido. Cuando yo les pregunte por qué, ellos, me decían que hay una ley, un DNU que emitió el Presidente que no se podía salir en la cuarentena. Yo le expliqué que, si bien tiene razón porque no quiero enfermar a nadie, pero no tengo un peso para darle de comer a mis hijos y no es mentira. Lo sabe mucha gente que me conoce y lo sabe la gente de la cuadra. Clientes que tenemos de los autos que estacionan hace muchos años y conocen a uno de verdad. Uno siempre está con el corazón, pese a las heladas, las lluvias, los calores”.
Ante la situación dramática que vivió, Javier, dijo que “le fui sincero al oficial y a los agentes y les dije que me llevaran. Estaba dispuesto a perder la libertad por trabajar y más por mis hijos. Prefiero estar preso por trabajar y no llegar y decirles a mis hijos que no traje plata y no tienen comida. Es lamentable, es fuerte, pero prefiero ir preso”.
Sobre la actitud de la policía de darle dinero para no llevarlo detenido, Javier, comentó que “ellos como seres humanos se vieron conmovidos con mi situación. Para no tener que llevarme, uno de los oficiales sacó 150 pesos y, el otro, 200 pesos. Me dieron 350 pesos para que me fuera a mi casa. Hasta ese momento yo llevaba 150 pesos en la mañana nomás. ¿Y qué hago con 150 pesos, qué le digo a mis hijos?, se preguntó el hombre.
“Ellos me dieron 350 pesos más y decidí irme. Cargué la SUBE con 100 pesos, llegué a mi casa y no nos quedó nada porque compramos la comida. A la noche comimos un picadillo nada más. Asique este viernes decidí volver a trabajar porque no puedo dejar a mi familia sin comer”, cerró el hombre.