El pasado lunes 8 de marzo se realizó una nueva marcha por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Allí, un grupo de mujeres lanzaron pintura roja a una de las paredes de la Catedral. Debido al rápido accionar policial, la situación no pasó a mayores aunque los daños quedaron en el lugar. Al respecto, el Arzobispado de San Juan emitió un comunicado condenando "las expresiones de violencia e intolerancia".

En el comunicado, el Arzobispado explicó que durante la marcha "un grupo atacó al personal policial y arrojó pintura sobre las paredes exteriores del frente y sur del templo". "Señalamos nuestro desacuerdo con cualquier expresión de violencia e intolerancia hacia personas, instituciones o grupos sociales, como el que debimos padecer el pasado lunes", enfatizaron en el comunicado.

Asimismo se refirieron a las pintadas como "agresiones vandálicas a la Iglesia Catedral" y que se trató de un "desprecio a la libertad religiosa y ofenden de manera directa a la feligresía católica". Además, el Arzobispado agregó que en el lugar "se han celebrado encuentros con organizaciones religiosas y sociales diversas, reafirmando el compromiso por la paz. Nuestro templo es parte fundamental del patrimonio cultural de todos".

Respecto a las pintadas, el Arzobispado adelantó que "hemos dispuesto dejar las paredes en el estado actual hasta después de la Semana Santa. Durante este tiempo procederemos a realizar las actividades pertinentes a modo de reparación del daño moral y espiritual ocasionado". Finalmente, la institución agradeció a las "comunidades que han manifestado su dolor frente a lo acontecido".