Años Dorados es una confitería bailable donde la gente mayor encontraba un motivo para pasarla bien. Sin embargo, llegó la pandemia y tuvieron que bajar la persiana. Su propietario, Jorge Alaniz, tuvo que volver a su oficio de antes y hoy corta carne en una carnicería.

En esta 13ra nota del Diario de Canal 13 con el sector, Alaniz aseguró que su local era una buena terapia para las personas de entre 40 y 80 años. 'Me dicen que si no los mata el virus los va a matar la depresión que están viviendo en sus casas', destacó. 

El baile que bajó la persiana y su dueño volvió a la carnicería

Asimismo, explicó que ya pensó en varias oportunidad cómo reinventarse pero solo será posible con un rescate económico. 'No hay solución ni ayuda de nadie, desde CADISA pedimos un poco de flexibilización de los papeles para volver por lo menos a trabajar'... 

¿Cómo los sorprendió la cuarentena?

El día 7 de marzo se trabajó bien y el 14 que fue el último sábado ya había como una pequeña psicosis en la gente, tenía un poco de miedo. Ese día me acuerdo que se trabajó más o menos con un 50% de gente porque estaba entrando el virus, realmente no se sabía lo que era, nos sorprendió a todos. 

El baile que bajó la persiana y su dueño volvió a la carnicería

Lo que más me preocupa es que están corriendo los impuestos. La tasa municipal ya llegó a los $135.000, desde marzo hasta ahora, entonces está esa deuda con la municipalidad. Cuando se formó la Cámara de Discotecas Sanjuaninas (CADISA) me invitaron y me sumé porque mientras más seamos mejor.

¿Cómo hicieron para atravesar esta coyuntura?

Hace 9 meses que estamos parados y tuve que volver a mi oficio de carnicero, desde fines de abril que corto carne nuevamente porque sabía que esto se iba a estirar mucho. Uno tenía la esperanza de que para el Día de la Madre más o menos ya se pudiera abrir pero pasó esa fecha.

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Se perdió esa esperanza y como están habilitados los resto bar pensé en abrir pero están todos los permisos vencidos. Si uno se quiere reinventar no hay solución ni ayuda de nadie, desde la Cámara pedimos un poco de flexibilización de los papeles para volver por lo menos a trabajar. 

No soy solamente yo, hay personal en la cocina, mozos, inclusive hasta gente que cuida coches. Después tenés a los terceros que son a quienes les compramos la bebida y la comida por ejemplo. Yo tengo un pequeño buffet con comida rápida y eso también incluye a terceros, es una cadena. 

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¿Qué opinión le merecen las fiestas clandestinas?

Las fiestas clandestinas están mal pero es entendible que la gente quiere divertirse. Yo creo que con un protocolo y controles lo nuestro puede funcionar. Por ejemplo, las personas con las que yo trabajo, que es gente mayor, tiene mucha conducta. 

No solamente hay que escuchar lo dice el dueño del baile sino también a la gente que tiene muchas ganas salir un poco de toda esta locura que estamos pasando. A mí me llama gente día por medio para preguntarme qué sé de la vuelta de los bailes. 

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Me dicen que si no los mata el virus los va a matar la depresión que están viviendo en sus casas. Llega el sábado y es lo mismo de todos los días. Al que no le gusta bailar no lo sufre pero la gente a la que le gusta salir lo está sintiendo muchísimo.

¿Cómo podrían volver a la actividad con nuevos protocolos?

El protocolo que se ha presentado yo lo pensé los primeros días de abril, cuando comenzó la cuarentena, pero dije 'quién va a escuchar a un loco'. Se me ocurrió bailar al lado de las mesas, que es el formato que yo tengo, con un 50% de gente. 

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En ese momento no había contagios y me planteaba que cuando alguien quisiera ir al baño se controlaba con guardias y seguridad. Era comenzando la pandemia, todo el mundo me iba a decir que estaba loco, si recién estaba llegando el virus. 

Hoy en día algunos lugares lo están haciendo pero no es legal así que hay incertidumbre porque no sé qué va a pasar. Creo que con un buen protocolo se puede hacer esto pero todo depende de Gobierno. Hay lugares que están trabajando con nada.

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Si yo quiero volver debo renovar todo y eso es dinero. Estamos a fines de noviembre y todavía no hay nada aprobado, va pasando el tiempo y se va acumulando una deuda que es preocupante, los que alquilamos salón estamos más complicados.

¿Nada será como antes?

Las pandemias no son para siempre, ya hemos tenido otras como la gripe española de 1918 que mató a 39 millones de personas. No duran para siempre, la vida siguió normal después, en ese tiempo tal vez no había bailes pero sí aglomeraciones. 

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Esa gripe duró 18 meses y acá el coronavirus va a cumplir un año en diciembre. Son 12 meses y si Dios quiere con la vacuna se va a solucionar todo, el virus va a estar pero va a contagiar menos porque vamos a estar todas las personas vacunadas. 

Soy muy optimista de que todo va a volver a la normalidad, tal vez no ahora pero en un año más sí. No te digo seis meses porque es muy corto el tiempo pero a fines del año que viene o en 2022 podemos tener una normalidad si nos vacunamos todos.

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