Fue un despertar traumático el de los Carrión, de Trinidad. El agua se les metió a la casa a borbotones, sin haber llovido. Se trataba de la rotura de un caño madre de agua potable en Avenida Rioja que se descontroló.

Atinaron a cortar la electricidad y tratar de sacar los elementos indispensables a resguardo. Pero en la vereda había más anegación. Llamaron a la policía y a OSSE. Sin embargo, la ayuda no fue todo lo efectiva que esperaban. Cuatro horas después, todavía estaban sacando agua a baldazos para que no perjudique la edificación humilde en la que viven. Pidieron ayuda. Como ellos hay otras seis familias perjudicadas, pero en menor grado.