El horror 8 años después: la familia de Cristina Olivares sigue con miedo
En diálogo con Canal 13, Antonio, padre de la joven sanjuanina que fue brutalmente asesinada en el año 2012, compartió un desgarrador testimonio de como es compartir la crianza de sus dos nietos y el temor de que en el futuro el padre reclame por ellos.
El pasado martes en Paren las Rotativas estuvo presente Antonio Olivares, padre de Cristina Olivares, la joven sanjuanina de 26 años que el 7 de julio de 2012 fue brutalmente asesinada en la localidad de Pocito. En diálogo con Canal 13, compartió un testimonio desgarrador en el que brindó detalles de cómo es la vida de la familia, y de los hijos de la víctima a 8 años del aberrante hecho.
El padre de Cristina, expresó que "cada vez que miro a mis nietos, miro a mi hija. Lo que pasó hace 8 años parece que pasó ayer y uno siempre se acuerda de cosas. O tiene esa culpa en su interior, yo y mi mujer nos echamos la culpa porque a lo mejor nosotros fallamos algo como padres. Hubo siete denuncias previas de Cristina y nosotros no lo sabíamos. Después de fallecida nos enteramos de todo".
"Dos años después de que murió mi hija, llegó una citación judicial para que declare contra su propio asesino", agregó. Cristina fue asesinada de 163 puñaladas por Rosa Videla, la amante de Miguel Ángel Palma, ex pareja de Cristina y el incentivador del aberrante femicidio. "Si yo no me hubiese movido, hoy él estaría suelto. Siempre pienso que no pensó en sus hijos, tendría que haber pensado al menos en ellos", manifestó durante el programa 'Paren las Rotativas'.
Además apuntó sobre los temores que siente como abuelo, respecto a Palma que "no me siento conforme con la condena porque uno sigue con la idea y con el fantasma de que mañana va a salir y que se va a querer llevar a los niños. Va a querer recuperarlos. Eso es muy doloroso para un abuelo. Ellos son como nuestros hijos, es el faltante de mi hija. A nosotros nos llegan a faltar un día mis nietos y nos morimos".
Por último, en cuanto a los niños, Olivares dijó que tras el crimen pidieron cambiarse el apellido de su padre. "Es difícil y lerdo todo. Un día los compañeros de los niños le dijeron en la escuela que su papá había matado a su mamá y lloraron. Mi mujer cada vez que empieza un ciclo en la escuela, ha tenido que decirle a cada maestra lo llamen Olivares. Un día uno de ellos me pidió llorando cambiarse el apellido", apuntó visiblemente conmovido entre lágrimas.