Santiago, el joven de 20 años que vive en la Bebida, y devolvió $200 mil que encontró trabajando, contó cual fue su tentación en el momento previo a la ejemplificante acción. El trabajador comentó a Canal 13, que ese mismo miércoles 6 de enero, día de Reyes, no había podido comprarles nada a sus hijos, y si bien se la pasó por la cabeza dejarse un poco de dinero, para regalarles, eligió hacer lo correcto.

El hecho que hizo que el chico se ganara la confianza de su jefe, ocurrió cuando estaba aspirando un auto de un comerciante de la zona. Fue entonces, que Santiago encontró el fagote de billetes, y por su delicada situación económica pensó en dejarse un poco, pero la educación de sus padres pudo más y fue hasta donde estaba Miguel, el propietario del Lavadero donde trabaja, le contó lo ocurrido y le entregó la plata.

 ‘Ese día se me pasó por la cabeza que le podía hacer un regalo a mis hijos, pero no lo hice porque creo en Dios y mis padres me enseñaron este ejemplo, el de ser buena persona’, expresó el joven, quien además aseguró que prefiere pedir antes que robar.

Es importante contar que el trabajador tiene dos hijos, vive en una casa prestada por el propio dueño junto a otra pareja, en la habitación en la que el comparte con su familia están apretados y su situación económica es muy precaria.

Santiago contó que no habló con el dueño y que no hubo recompensa. El joven consideró que no debería haber un premio por una acción que forma parte de su trabajo. A su vez, el trabajador se ganó la confianza de su jefe, quien aprovechó los micrófonos de este medio para resaltar su buena acción y desear que la misma sea ejemplificadora y multiplicadora, para otros chicos de su edad.

‘Soy de la zona de la Bebida y la gente piensa que todos somos delincuentes’, expresó el humilde trabajador. Además, algunos de sus amigos le confesaron que ellos no hubieran tenido el mismo proceder, pero que estaba bien lo que hizo. En ese sentido, Santiago la ‘tiene clara’ ya que manifestó: ‘lo importante es agradar a Dios antes que al hombre’.

Miguel, el propietario de "M. L. Lavadero", señaló que para el es muy bueno que haya pasado esto, ya que es una historia que sirve como ejemplo para otros jóvenes que no eligen ese camino. El dueño del negocio, contó que le costó contratar empelados por el tema de la confianza, y por eso, la acción que tuvo el muchacho oriundo de La Bebida lo puso feliz.

El propietario del lavadero señaló que esa es la política de la empresa, ‘no dejarse ni un caramelo’. También contó que el mismo, inmediatamente puso el dinero en una bolsa y se lo llevó al comerciante del cual no sabe su apellido, pero indicó que como son clientes, conoce su dirección.