El misterioso motivo que terminó con el ritual de la caminata sobre las brasas
Luego de 40 años, en el 2014, una tradición se esfumó. Su organizador tomó la decisión, después de que lo señalaran como practicante de brujería. Sin embargo, el ritual quedó en el imaginario de la comunidad que añora esos tiempos.
Media Agua, una pequeña localidad de San Juan, se convirtió en el escenario de una leyenda arraigada en la tradición de la región. Desde 1973, cada 24 de junio, un vecino llamado Luis Paredes protagonizó una práctica única y desafiante: la caminata sobre brasas. Sin embargo, en 2014, esta antigua tradición llegó a su fin abruptamente.
Durante más de cuatro décadas, la caminata sobre brasas encendió la curiosidad y atrajo a numerosos espectadores tanto de Media Agua como de otros departamentos. Este ritual se había convertido en una experiencia espectacular y fascinante para aquellos que buscaban presenciar algo fuera de lo común. Sin embargo, en 2014, Luis Paredes decidió ponerle fin debido a la presencia de una creciente maldad que, según él, contaminaba el ambiente. Fue en ese momento que ocurrió un evento inusual: siete de las treinta personas que se aventuraron a caminar sobre las brasas sufrieron quemaduras, algo que nunca antes había sucedido durante todos los años de la tradición.
Luis Paredes, un hombre reconocido en Sarmiento por su dedicación a honrar esta antigua práctica, se vio enfrentado a acusaciones de brujería y fue objeto de señalamientos por parte de algunos habitantes de la comunidad. Estos rumores maliciosos llevaron a Paredes a tomar la difícil decisión de suspender la caminata sobre brasas en 2013, cuando ya estaba todo preparado para llevar a cabo el ritual.
En aquel entonces, expresó su negativa a continuar siendo víctima de las "maldades de los envidiosos", según dijo. Se dice que en 2012, un incidente grave ocurrió durante la caminata, dejando a un hombre hospitalizado con quemaduras graves. Paredes afirmó que esto fue resultado de acciones malintencionadas por parte de individuos que intentaban perjudicarlo, agregando papel y clavos a las brasas para intensificar el fuego y causar daño. "No permitiré que manchen mi nombre", declaró Paredes en una entrevista a un medio local, mostrando su determinación de no permitir que su reputación se viera afectada por estos actos.
A partir de entonces, Luis Paredes se negó a hablar públicamente sobre el tema y decidió abandonar definitivamente la realización del ritual, a pesar del dolor que le causaba tener que renunciar a una tradición profundamente arraigada en la comunidad local.
La caminata sobre brasas ganó popularidad con el paso de los años y atrajo la atención de personas de diferentes zonas de San Juan. Durante los primeros años, los participantes eran principalmente residentes de Sarmiento, pero con el tiempo, el evento comenzó a atraer a personas de otros departamentos e incluso de otras provincias. La creencia de que esta práctica tenía propiedades sanadoras se difundió, y muchos afirmaron haber experimentado mejoras en su salud después de realizar la caminata.
Cuando las llamas alcanzaban una impresionante altura de hasta 8 metros, la multitud se congregaba en el predio frente a la casa de Luis Paredes, esperando ansiosamente que las brasas ardientes estuvieran listas para comenzar el rito. Este ritual, que apenas había sufrido variaciones desde su primera realización en 1972. El mismo comenzaba con las oraciones de Paredes, seguidas por la entrada de grupos de siete personas que daban siete vueltas alrededor del círculo de brasas mientras rezaban siete Padre Nuestro antes de atravesar el fuego.
Tras abrupta interrupción, Paredes siguió generando sanaciones a personas aquejadas por males. Sin embargo, aún no se conoce si las hará este año.