En medio de la crisis y en muestra de solidaridad y reclamo por la situación financiera que atraviesa la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), docentes, funcionarios universitarios y representantes sindicales llevaron a cabo un abrazo simbólico a la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento.

El acto contó con la participación de diversos sectores, incluyendo a sindicatos como ADICUS, SIED y UDA, así como decanos como Guillermo Velazco de la Facultad de Arquitectura. El Rector de la UNSJ, en medio de la manifestación, señaló la importancia de fijar pautas sin recurrir a la beligerancia en estos momentos críticos.

Berenguer describió la situación como "inaudita y cruel", refiriéndose a las acusaciones de adoctrinamiento y gastos superfluos que han afectado a la universidad. Explicó que la institución está a la espera de los fondos asignados por el gobierno nacional, los cuales se destinarán a ajustes de becas y comedor, destacando que reducirán los viáticos y movilidades para economizar y llegar a cubrir el aumento del 300% en las tarifas eléctricas.

Con respecto a las medidas a nivel nacional, el secretario de Educación de la Nación prometió un diálogo más sincero con los rectores universitarios para evaluar la realidad de todas las universidades públicas. Berenguer expresó su preocupación por el aumento presupuestario insuficiente: "Deben entender las autoridades nacionales que no podemos seguir viviendo en una universidad con un presupuesto del año 2023, elaborado en mayo de 2022, con pautas inflacionarias del 60%, y ahora enfrentamos una inflación del 300%".

Además, destacó la insuficiencia de los recursos recibidos: "De los 150 millones de pesos destinados para funcionar en enero, solo llegaron 70 millones, lo cual no es suficiente considerando que gran parte de ese refuerzo presupuestario se destina al pago de la energía eléctrica".

Berenguer concluyó señalando que la situación requiere comprensión y acción por parte de las autoridades nacionales, ya que mantener el sistema universitario en medio de una inflación del 300% y una devaluación significativa de la moneda es insostenible.