El rotundo cambio de dos madres por la alergia de sus hijos
Dos familias atravesadas por una reacción de sus pequeños, cuentan la dura y cotidiana lucha para realizar la dieta y conseguir los alimentos que puedan consumir.
Aunque no sea una alergia tan conocida y afecte al 3% de los niños en Argentina, el APVL es una reacción que obliga a rotundos cambios de hábitos alimenticios a padres hijos por iguales. Se trata de una alergia a la proteína de leche de vaca que se produce con la ingesta de los alimentos de este tipo e involucra al sistema inmunológico.
Martina Bustelo y Gabriela Rivero, son dos mamás que se animaron a contar el caso de sus hijos. Uno de ellos ya superó la reacción, el otro continua con la dieta, los dos sufrieron el tratamiento y sus padres debieron a aprender mucho sobre alimentos para no contaminarse y, principalmente para no contaminar a sus hijos.
En el caso de Martina, su hijo Ivo aun padece la alergia y por eso la lucha de él y sus padres continua. Al pequeño le diagnosticaron APVL a los 4 meses, y fue en ese momento que en que empezaron una dieta estricta, madre e hijo.
‘Mí bebe se alimenta mediante lactancia materna exclusiva. Esto quiere decir que lo que yo consuma infiere directamente en su organismo. La nutricionista que me acompaña en este camino es especialista en APLV’, afirmó Martina que además contó que sus hábitos alimenticios cambiaron rotundamente, evitando al 100% cualquier comida que contenga proteína de la leche de vaca y derivados. ‘A los alimentos no aptos se suman otros tipos de productos como medicamentos, maquillaje y cremas corporales’, explicó.
La madre de Ivo, tuvo que aprender a leer etiquetas y consultar sobre los ingredientes que los productos contienen. En ese sentido, afirmó que fue todo un desafío nuevo desde el diagnóstico. A esto hay que agregarle que también existen la contaminación, ya que la proteína es muy volátil.
Martina encuentra ‘aliadas’ a las herboristerías, las cuales ofrecen productos que declaran los ingredientes. Pero a eso hay que sumarle saber leer las etiquetas, tarea que parece fácil, pero no lo es. ‘Muchas veces encontramos aditivos que no debemos consumir mediante letras y números que también hay que saber interpretar. Además, puede cambiar la etiqueta de un mismo producto en cualquier momento. La recomendación, cuando se puede, es tratar de cocinar en casa para tener la seguridad de que el resultado de la comida sea cuidado y apto’. aseguró.
Una situación difícil se le presenta a la madre de Ivo cuando tiene que ir a comprar en panaderías y almacenes, puesto que a diferencia de las herboristerías que venden productos empaquetados y etiquetados, en estos locales suelen tener pocos productos que no contengan proteína de la leche de vaca o derivados de la misma. Además, la contaminación se puede dar con mucha facilidad, y el contacto de la comida con una pinza, tabla, plato o cualquier instrumento que se utilice para la elaboración de los productos ya corre el riesgo de contaminarse.
Martina afirma que no se debe subestimar la alergia y se debe respetar las decisiones de los padres sin interferir en la alimentación tanto de la madre como la del bebe. ‘Para esto es muy importante concientizar y compartir todo tipo de información ya que muchos desconocen del tema’, manifestó.
También pidió por la pronta salida del proyecto de ley de etiquetado de productos aptos para APLV. ‘Es importante que esto se concrete, ya que facilitaría la lectura a la hora de comprar y además la tranquilidad de los padres al saber que estamos o están consumiendo nuestros hijos’, aseguró.
Por su parte, Gabriela contó que si bien su hijo ya dejo atrás la alergia y pudo probar su primer helado, para llegar a esa instancia, la familia entera debió someterse a una dieta estricta de 1 año y medio. Fue una tremenda satisfacción verlo tomar su primer helado, que no sea de palta o banana’.
Los padres del pequeño Aarón, cambiaron totalmente de vida cuando su hijo fue diagnosticado con APVL. En su caso, decidieron hacer la dieta de exclusión los 3 para evitar cualquier tipo de contaminación cruzada en su hogar. ‘Tratábamos de no ir a eventos o almuerzos cenas familiares o si íbamos llevábamos nuestra propia vianda para Aarón y para mí, que le daba pecho. Si decidíamos viajar a algún lado teníamos que llevar nuestros elementos para cocinar, planear su cumpleaños con todo apto. Al principio fue abrumador, pero con el tiempo te acostumbras’, recordó.
Gabriela comentó que en su caso prefirieron comer casi todo casero, desde galletas pan masas de tartas, pizzas con queso de papa, medialunas, e inclusive un pan dulce apto. ‘Existen muchas recetas, solo hay que tener ingenio y tiempo’, expresó.
La madre de Aarón, contó que cuando su hijo fue alérgico costaba muchísimo conseguir cosas elaboradas aptas porque no existía la ley de alérgenos. Entonces cada empresa declaraba alérgenos si quería, convirtiendo esta acción en un riesgo, como probar o no probar algo comprado. ‘Teníamos un listado de guía que ya no está vigente, pero con eso la llevábamos más o menos’, señaló.
Finalmente, y después de 1 año y medio, la recuperación del pequeño Aarón fue posible. ‘Nos dieron el ok para comenzar el desafía de abandonar la dieta lentamente, introduciendo pequeñas cantidades de leche en las comidas del niño, pero debíamos suspender en caso de que existiera reacción y volver a la dieta, pero gracias a Dios nunca reaccionó en el desafío y superó la alergia un 22 de enero’, recordó.