Andrea Andino es una joven mamá que vive en Chimbas, aunque es oriunda de Rivadavia. Toda su niñez y adolescencia vivió en la querida Villa Lourdes, junto a su mamá, su tía y abuelos. Y años después cuando tuvo a sus hijos, consolidó su propia familia y recibió la feliz noticia de que recibiría una casa del Instituto Provincial de la Vivienda.

La sanjuanina contó a Diario 13 que en la casa en la que antes vivía, las condiciones no estaban al 100% para garantizar el bienestar de sus ocupantes. Ya que parte de la casa era de adobes y los techos sufrían filtraciones al ser de cañas, pero a pesar de todo ella asegura que fue muy feliz.

"La villa Lourdes era un lugar bastante descuidado por el municipio, porque las únicas ayudas que solíamos recibir eran nylons o palos y nuestra casa se llovía muchísimo. El agua se filtraba por todos lados y llegamos al punto de ponerle puntales. Pero al ser techo de caña empezaron a podrirse y para colmo de males, una mañana se nos incendió la casa". comentó Andrea.

La joven mamá, comentó además que tres años antes de cumplir su sueño de tener casa propia. La vivienda en que vivían en Rivadavia se les incendió. Ese día se quemaron: camas, colchones, modulares, mesas, ropa, una cocina, un calefón, un televisor y otros objetos. Y gracias a la rápida intervención del Cuerpo de Bomberos no lo perdieron todo y no lamentaron víctimas.

"El día del incendio mi hijo de cuatro años salió del dormitorio y me pidió agua. Cuando fui, me encontré con que el nene quería el agua para apagar el fuego que se había iniciado por un cortocircuito, Me acuerdo que saltaron chispazos y se prendió fuego el colchón. Fue tan rápido todo, que no dio tiempo a nada mas que salir. Se quemó casi todo, hasta las cosas que yo ya iba juntando para cuando tuviera mi casa. Porque yo venía militando en una agrupación desde hacía muchos años para conseguirla y no se nos daba", expresó Andino.

Cabe destacar que Andrea, reconoce que en esa ocasión tanto sus vecinos, como la gente del Ministerio de Desarrollo Humano fueron muy solidarios. Sus vecinos ayudándola a apagar el fuego y rescatar algunas cosas de adentro de la casa. Y el personal de gobierno por su parte, reponiendo algunos de los muebles quemados. También le llevaron ropa y algunos materiales de construcción.

Cinco años después de esa mañana interminable que acabó con sus recuerdos y parte de su historia, recibieron la gratificante noticia de que recibirían una casa en Chimbas. Emocionados, empezaron de a poco a embalar sus pertenencias y al llegar el día esperado, recibieron las llaves de su vivienda propia.

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