Desde la Asociación Jugadores Anónimos advirtieron por los riesgos que genera la adicción al juego, entre los que está el suicidio. Para concientizar, un ludópata compartió con Canal 13 el infierno que vivió.

"Al jugar uno produce endopamina y lleva las pulsaciones a mil, eso repercute en la salud porque no hay corazón que aguante. Sin hablar los daños morales porque uno está con los pelos de punta pensando en el juego, apuestas, etc.", comentó un representante de la asociación que sufrió de ludopatía.

"Cuando uno pasa de ser un jugador social a uno impulsivo o ludópata ya pasa a tener una enfermedad, que es una adicción de carácter progresiva, que se agrava con el paso del tiempo como la droga y el alcohol", señaló el hombre, cuya identidad mantiene oculta. Sabía que tenía un problema, aunque no lo quería enfrentar: "Yo no busqué la ayuda, aunque yo sabía que no estaba bien, que no era yo la persona. Cuando uno pasa a ser un adicto no entiende que se está causando daño". 

Afortunadamente su hija lo anotó en una asociación en Mendoza en la que logró recuperarse y, tras tres meses de abstinencia, regresó a San Juan para unirse a la Asociación de Jugadores Anónimos local.

En el grupo, que se reúne los viernes de 20 a 22 horas en la Parroquia Andacollo, tratan "los efectos de carácter de los jugadores". "La mentira es constante porque vivimos en una sala de juego. Es un infierno que no tiene fin", lamentó el sanjuanino.

"Jugadores Anónimos es una asociación de hombres y mujeres que tratamos de entender y recuperarnos un poco. Es anónimo y no requiere de aportes", aclaró el representante de la asociación.

"En el grupo muchos descubren la forma de poder vivir, de llevar una vida sana, de no estar pensando en el juego las 24 horas, sin poder dormir con nervios de punta", contó, y explicó que "a lo largo del tiempo hubo fallecimientos en sala de juegos y que la ludopatía es la adicción con mayor porcentaje de suicidios.

Por este motivo invitó a quienes padezcan esta adicción a unirse al grupo. Pueden acercarse por la oficina, ubicada al lado de la capilla, o llamando al 2645658136. "Cuando uno deja de jugar está tranquilo", aseguró el hombre que pudo recuperarse.