En primera persona: un giro de 180º para ingresar a la Policía
En la última década las autoridades han realizado una serie de modificaciones para formar efectivos cada vez más preparados. Dos testimonios en primera persona sacaron a la luz las principales diferencias.
A lo largo de los años el ingreso a la Policía ha sufrido grandes cambios, con el objetivo de formar a profesionales cada vez más capacitados. Para conocer en primera persona cuáles han sido estas modificaciones Canal 13 se contactó con José Soto, actual Oficial Inspector quien comenzó el cursillo en el año 2003, y con el Agente Juan Bustos, quien culminó sus estudios en el 2016.
La primer diferencia que se puede notar entre la experiencia de ambos es que Soto tuvo que inscribirse en la Escuela de Cadetes en el año 2002 para poder ingresar a la carrera. En cambio Bustos estudió en la Escuela de Seguridad que actualmente depende de la Universidad Católica de Cuyo.
"En el año 2002 empecé a averiguar los requisitos. En ese momento estaba la Escuela de Cadetes. En ese tiempo te comprabas un cuadernillo y ahí te venían todos los requisitos que tenías que cumplir. Como primordial tenías que tener el secundario completo, no tener antecedentes y tener entre 18 y 23 años. Ahí empezabas un precursillo y después comenzabas el curso para poder ingresar", expresó el Oficial.
Sumado a esto ambos manifestaron que el examen físico al que son sometidos los ingresantes, también ha sufrido grandes modificaciones. "Creo que ha cambiado mucho. La Policía ya no es militarizada, empezamos a ser como policías de mediación. A raíz de eso ha cambiado el ingreso, antes hacían un entrenamiento muy militarizado y ahora lo han flexibilizado más por el tema de los Derechos Humanos. Como que en esa parte ha aflojado un poco" reflexionó Bustos.
Siguiendo con este tema el Inspector contó que en su experiencia personal las pruebas físicas fueron "bastante exigentes". "Eran del test de Cooper la mayoría. Teníamos que hacer 100 metros en 13 segundos, 60 abdominales en un minuto, los espinales igual y lo que era resistencia era un kilómetro en un cierto tiempo también. Tenías ejercicios de coordinación que era dentro de un cancha de básquet, tenías que hacer salto, encestar pelotas de tenis en un blanco, etcétera", aseguró.
Otra gran alteración que surgió de estos dos testimonios fue la cantidad de inscritos. En el caso de Soto se anotaron aproximadamente 500 personas, en cambio en el año 2016 hubieron entre 1500 y 1700 los ingresantes. Acerca de esto el más experimentado de estos uniformados, expresó que una vez que superaron el periodo de adaptación, que era la última prueba que se realizaba, quedaron un total de 120 personas siendo que el cupo era de 50.
Para lograr "eliminar" a una cierta cantidad de estudiantes, las autoridades sometieron a los jóvenes a un intenso internado en la antigua Escuela de Cadetes. "Consistía en quedarte de interno en la Escuela. Ahí la parte de Instrucción Policial era lo más difícil porque te trabajan mucho la psicología. Muchos chicos no aguantaban, el primer día ya se fueron como 15 o 20. El segundo día se iba más gente y así empezaron a irse hasta que quedamos 60 y de esos 60 se buscaron los mejores promedios", recordó.
En pocas palabras el gran cambio que ha tenido el ingreso a la Fuerza a lo largo de los años, se relaciona con que la Policía ha comenzado a tomar un rumbo enfocado en la mediación y en abandonar su carácter militar. como destacó Bustos. "Ha cambiado mucho el sistema. Es mucho más intelectual, son más exigentes en las materias. Los profesores son prácticamente de la facultad. Nosotros cuando teníamos el ingreso los profesores eran en su mayoría policías retirados, así que era otro el sistema. Pero considero que hoy es mucho más difícil ingresar que antes", sentenció José Soto.