Jaz Castro es una joven sanjuanina de 21 años. Su vida dio un cambio radical cuando se fue de Argentina para radicarse con su familia en Estados Unidos, concretamente en Miami. Ella ahora cumple su sueño y comentó los detalles en Diario 13. 

'Si se manifiesta fuerte, se cumple', dicen y eso es lo que le pasó a la joven de 21 años, que desde hace 2 años vive con parte de su familia en Estados Unidos. Ella es de Capital, pero vivió en Zonda, Chimbas y Rawson. Su vida, en parte, es basada en mudanzas y cambios, por lo que no le fue difícil adaptarse a los aires norteamericanos, sumado a que esta en una zona donde hay proliferación de argentinos. 

"En el 2022 nos vinimos. Me vine con mi familia mis padres y mis dos hermanos más chicos", explicó la joven. "Nosotros ya teníamos VISA hace 5 años atrás hecha y no la ocupamos nunca, pero teníamos planeado volver a EEUU. Así fue que yo de tanto insistir y de ver que era cada vez más difícil vivir el día a día en Argentina, decidimos irnos", aludió. A ello agregó: "No estábamos mal, pero tampoco súper bien".

En la actualidad, Jaz es manicurista independiente, pero su pasión esta en otro lado. Esto se debe a que su mayor amor es desfilar. Algo que pudo hacer en San Juan de la mano del productor de modas, Ernesto Malla. 

"Acá me dedico a un par de cosas o sea hago muchas cosas que tengan que ver con el modelaje y también soy manicurista, pero como soy independiente puedo manejar mi horario, como yo quiera" dijo la joven. Además mencionó: "el modelaje no me ocupa todos los días sino cuando sale un trabajo es por ciertas horas o es en el día, entonces no me gusta para nada la rutina". Su lineamiento laboral no es nuevo, sino que en San Juan ya había trabajado como  manicurista en el salón de su mamá donde le ba bien y también había pasado por pasarelas. 

Su amor por la moda inicio en San Juan, donde de la mano de Ernesto Malla dio sus primeros pasos, "hasta el día de hoy yo lo quiero muchísimo, lo aprecio, porque es la única persona que allá en San Juan vio mi talento", mencionó. Si bien intentó hacer acciones con otras agencias, la rechazaron o le pedían dinero. "A mí me hacía desfilar Ernesto y en los lugares que desfilábamos nos pagaban. Acá me pagan desde 200 dólares o 300 dólares para arriba en cada desfile", informó. 

En esta línea recordó: "me fue bien en San Juan pero recién estaba empezando y me fui. Si hubiera estado más tiempo tal vez hubiera crecido más ahí. Pero acá siento que creció bastante mi carrera y hay más oportunidades de crecer". 

Al consultarle que le gusta de ese ambiente, ella declaró: "me gusta todo lo que tenga que ver con eso, me gusta el poder hablar con los diseñadores, que me digan qué es lo que me tengo que poner. También me gusta el caos que hay detrás de bambalinas antes de salir, la adrenalina. Es muy emocionante y siempre voy con la mejor actitud, y entregarlo todo porque me gusta mucho". 

Si bien su visión esta puesta en cumplir sus sueños, que como muchas es poder desfilar en las grandes pasarelas y marcas como Dior, Prada, Guess, Versace, siempre sus raíces estarán en San Juan. Esto se debe a que a diario extraña a su familia, hermanos mayores que quedaron en la provincia y las calles sanjuaninas.