Hace unos días, inspectores clausuraron el conocido local comercial Rocknrolla por la presencia de menores dentro cuando pasaban las 22 horas. Esta medida fue tildada como "absurda" en las redes sociales del local, entendiendo que en el lugar solo había una familia compartiendo una cena. A partir de esto, se generó una polémica en torno a la falta cometida por este comercio y lo que realmente sucedió de fondo.

"La respuesta a este problema se resume en lo siguiente: Rocknrolla no es un restaurant, es un bar. La provincia le da un permiso para ser un bar, por lo cual está atado a la famosa ley seca que se sacó en el 2002, que se prohíbe la presencia de menores aún acompañado por los padres", detalló Horacio Morando, juez de faltas que lleva adelante la sanción.

Sobre la queja por parte del propietario, Morando aclaró que "el dueño apeló la medida, tengo entendido que llego hasta la Corte, pero todas instancias coincidieron con mi opinión, los menores no pueden estar en bares. Hay responsabilidad de los padres también, son los primeros que tendrían que tener una reflexión sobre esto y no llevar a los chicos a estos lugares".

La actividad comercial se ha diversificado bastante, llevando a que bares muten en restaurantes, ampliando su servicio. Esto también está bajo la lupa de la Justicia. "Hay muchos bares que mutan a bares, los términos que se usan es resto-bar o confitería y son bares. Es Salud Pública quién evalúa donde hay comida, para eso tienen un  régimen legal, que es el código alimentario. Cuando son bares o boliches caen en la ley de seca, todo esto es de conocimiento de los propietarios", reflexionó el juez.

Por este hecho, Rocknrolla afronta una sanción de 10 días sin la apertura del negocio, además de una multa de $5000.