Los problemas de los afiliados con el PAMI y su carente sistema de cobertura de salud no es cosa nueva. Y en Modo Siesta, José Gómez, contó un triste nuevo capítulo de disputa entre la obra social mencionada y él, que lleva hace meses intentando encontrar un médico de cabecera que pueda darle la derivación al profesional correspondiente para que lo atienda de una enfermedad que lo tiene a maltraer desde hace meses y no puede salir a trabajar.

José es conocido porque lleva 35 años trabajando en los colectivos y distintos puntos del centro se ganó el cariño de los sanjuaninos con su calidez y liviandad en su forma de ser. Pero la realidad y su estado de salud lo golpea, algo que se potencia con la mala atención del PAMI.

‘El 31 de diciembre me resbalé en mi casa, me quebré fémur y cadera. El 4 de enero me operaron y el 6 me dieron el alta. Pensé que pasaba todo enero y el febrero empezaba a trabajar. Pero por sorpresa se me infectó la herida, me internaron nuevamente y me hicieron un lavaje’, comenzó explicando José.

Pero eso no quedaría allí. Cuando José pensó que en marzo volvería a las calles a trabajar, la herida le volvió a jugar una mala pasada, aunque más que una, tres malas pasadas. Es que estuvo tres veces más internado por el mismo cuadro. ‘La última vez estuve internado casi un mes, me pusieron como 80 antibióticos intravenosos. En la última vez que estuve internado, jamás fue ni un infectólogo ni un traumatólogo a ver de qué se me infestaba’, dijo sobre lo que viene padeciendo desde hace meses en la clínica Santa Clara.

‘Desde marzo hasta hoy es una lucha constante. No puedo conseguir médico de cabecera y si no lo tengo, la ambulancia no me lleva. No hay médicos de cabecera’, contó José, quien busca la atención médica para hacerse atender con el temor de que la infección llegue a la médula ósea.

José dice que no sabe ‘por qué no me quieren atender, no se por qué no me quieren ver’, al saber que el médico que le asignaron como profesional de cabecera ‘hace un mes que está trabajando tras un parte médico. O sea el médico de cabecera se ha sentado en la retranca, como el infectólogo y el traumatólogo. Yo no se por qué no me quieren ver’.