Fundó un merendero en honor a su nieta y necesita ayuda para continuar
Se trata de ‘Esperanza Mia’ y la escuelita de fútbol ‘Conjunto Mio’ que funcionan en el fondo de la casa de una de las colaboradoras en el Barrio Conjunto 7.
La solidaridad de muchos sanjuaninos hizo que el Merendero Esperanza Mia y pudiera subsistir y ser una realidad que se transforma en merienda todas las tardes para los niños del Barrio Conjunto 7 de Pocito. Sin embargo, la dura situación económica hace que cada vez las donaciones sean menos, y que cada día a los colaboradores se les haga más difícil llevar adelante la tarea, según comentó a Diario 13 una de las fundadoras Cecilia.
El merendero funciona en el fondo de la casa de Cecilia. Ella, más 12 colaboradores y otros que muchas veces se suman, le sirven la leche a más de 150 chicos del barrio, más algunas mamás y otros niños de otros barrios. Además, en las cercanías del domicilio funciona una escuelita de fútbol llamada Conjunto Mio que es nutrida por los mismos chicos y chicas que toman la merienda en la casa de Cecilia.
La colaboradora, que fundó el merendero en honor a su nieta que nació cuatromesina, contó que la falta de lugar y recursos muchas veces los ‘bajonea’ un poco, puesto que para los colaboradores: ‘Compartir la merienda con los chicos no es lo mismo que darles y que la tomen en la vereda. Queremos darle lo mejor y tener más cercanía con ellos’.
Cecilia contó que al principio recibieron donaciones de Desarrollo Humano, pero en la actualidad las donaciones de almas caritativas cada vez son más escasas, por lo que ahora piden a los sanjuaninos que si pueden colaborarles con insumos que les son necesarios para continuar con su sacrificada tarea diaria.
Entre lo que destacó Cecilia que les está haciendo falta seria: leche, cacao, cosas dulces, azúcar, unas sillas nuevas, usadas o a restaurar, unos tablones. Para los sanjuaninos que quieran colaborar, pueden hacerlo comunicándose al 2644779680.
El merendero Alma Mia nació como de la mano de Cecilia y otras colaboradoras, que en honor a la nieta de esta, decidieron darle vida como homenaje a la vida, puesto que Esperanza nació con cuatro meses de gestación, pesando 400 gramos y logró salir adelante con operaciones y una tráquea.
En la actualidad, Esperanza la sigue luchando con su internación domiciliaria y necesitando más operaciones. Tiene un año y siete meses y ‘unas ganas de vivir tremendas’, contó su abuela. Además, Cecilia reveló que al nacer, los médicos, siendo cautos, les comunicaron que de la noche no pasaba por su fragilidad y peso. Sin embargo, los días fueron pasando y todos los días es la alegría de la casa.