Este miércoles, Rodrigo Robles, sacerdote sanjuanino pasó por Banda Ancha y contó sobre el proyecto que junto a sanjuaninos voluntarios y profesionales están llevando a cabo en pleno centro sanjuanino. El espacio se denomina, ‘Comunidad Fuego’ y acompaña a personas, que en su mayoría son jóvenes, en sus luchas contra las adicciones.

Robles explicó que la ayuda no es solo para personas que sufren el flagelo de la droga, sino también para aquellos que por ejemplo sufre el vicio del juego, como así también otras adicciones.

La única sede de esta comunidad se ubica en un salón contiguo a la Capilla San Clemente, en Santa Fe y Tucumán. Los encuentros de ayudas son los martes y jueves de 17 a 19 horas, y son realizados por profesionales y sanjuaninos voluntarios ayudan en distintas tareas.

Según contó el religioso a Canal 13, llevan a cabo un tratamiento espiritual terapéutico realizado por los profesionales donde se los acompaña a estas personas. Además, en este espacio se dictan talleres y los miércoles, les sirven la cena a las 21 horas a personas en situación de calle.

‘La comunidad fuego es la expresión de la pastoral de adiciones’, contó el sacerdote, quien luego resaltó que, para sumarse a los grupos de ayuda, es totalmente gratuita la inscripción, la cual se realiza una vez que la persona, o la familia del necesitado llega a la sede de Comunidad Fuego. El tratamiento que brindan, es ambulatorio, en modalidad de hospital de día.

Robles contó que a pesar de que los tratamientos y la contención es totalmente gratuita, no significa que no tengan sus gastos significativos. Acto seguido, el sacerdote pidió colaboración a los sanjuaninos para afrontar los gastos de todas las actividades.

Los interesados en acercar mercadería pueden hacerlo llevándolo directamente a la sede de la Comunidad Fuego. Para los que deseen aportar dinero, el número de cuenta es: CBU 0110731140073107133494. El número de teléfono de la organización es: 2644111975.

Consultado el padre Robles sobre el acompañamiento de la familia a las personas con diferentes adicciones, señaló que "cuesta mucho que la familia acompañe al chico o chica con problemas de adicciones".

El religioso comentó que las familias además de las preocupaciones por las adicciones de sus hijos, también cargan con lo económico y el miedo a contagiarse, lo que en muchas ocasiones, haga que la tensión familiar se centre en estos dos últimos aspectos y no en el tratamiento de sus seres queridos.

También contó que si bien en los últimos dos años fueron más adolescentes los que se acercaron e hicieron el tratamiento, en este 2021 el grupo rondó entre los 20 a 40 años, de los que se destacan muchos con familia y trabajo, y no los quieren perder.