La generación distraída: cómo la tecnología impactó en la capacidad de concentración
Este término se refiere a cómo los avances tecnológicos han afectado nuestra capacidad para concentrarnos en una sola tarea.
En un mundo donde la tecnología domina gran parte de nuestras vidas, se ha comenzado a hablar de la "generación distraída". Este término se refiere a cómo los avances tecnológicos han afectado nuestra capacidad para concentrarnos en una sola tarea, según explicó en Banda Ancha la psicóloga Silvana Bellotti. “La atención es una función cognitiva vital, y la tecnología nos está robando esa capacidad”, comentó.
Bellotti señaló que esta distracción afecta tanto a jóvenes como adultos, y es particularmente evidente en las aulas. “Los profesores ven cómo a los chicos les cuesta leer más de dos páginas de un libro, o prestar atención en clase”, mencionó. Además, aclaró que incluso quienes antes eran grandes lectores ahora sienten una dificultad mayor para concentrarse en la lectura prolongada.
Uno de los puntos clave que destaca es el impacto de los estímulos visuales y auditivos rápidos que proporciona la tecnología. “La atención se vuelve dispersa, porque intentamos hacer varias cosas a la vez: estudiar, chequear mensajes o tener abiertas redes sociales. Pero está comprobado que no podemos hacer tres o cuatro tareas a la vez, porque la atención dividida no existe”, explicó.
Bellotti también mencionó la dependencia que creamos hacia la tecnología. “¿Sabías que chequeamos el celular entre 200 y 300 veces por día? Es parte de lo que llaman FOMO (Fear of Missing Out), el miedo a perdernos algo importante”, subrayó.
La psicóloga destacó cómo la tecnología ha transformado nuestra forma de interactuar y vivir: “Aunque tengamos el celular apagado, nuestra mente sigue pendiente de él. Esto nos desconecta de la realidad y puede hacernos perder la vitalidad de estar presentes en momentos importantes de la vida, como compartir una comida o una conversación con alguien cercano”.
El impacto de esta distracción va más allá del rendimiento académico, y afecta nuestra vida diaria. “Cuando vivimos distraídos, perdemos contacto con el mundo real y nos volvemos más automáticos. A lo mejor respondemos muchos mensajes, pero ¿disfrutamos realmente de estar con nuestros amigos o familiares?”, reflexionó Bellotti.
Sin embargo, ella ofreció soluciones para enfrentar este desafío moderno. Propuso prácticas de concentración y atención plena: “Podemos entrenar la concentración, hacer ejercicios que nos ayuden a enfocarnos en el presente, como preguntarnos qué estamos viendo, escuchando o sintiendo en este momento. La atención plena no solo mejora la concentración, sino que también nos conecta más profundamente con la vida”.
Finalmente, Bellotti enfatizó la importancia de equilibrar el uso de la tecnología con otras actividades, especialmente la lectura y la escritura a mano. “La lectura nos hace más inteligentes, tanto cognitiva como emocionalmente. Nos ayuda a desarrollar funciones cerebrales esenciales que la tecnología tiende a relegar”, concluyó