La sexualidad 'prohibida' de las mujeres explicada por una especialista sanjuanina
La psicóloga especializada en sexología dio sus argumentos sobre algunos de los temas que siguen considerándose tabú en la sociedad.
El sexo para las mujeres puede resultar un tabú. Desde la palabra masturbación hasta algo natural y conocido como lo es la menstruación. Sucede que la cultura patriarcal posicionó a las mujeres como objetos de deseo y no como sujetos sexuales.
Es por ello que Diario 13 habló con Alexandra Amorós Martin, quien es psicóloga y especializada en sexología. Esta mujer de 32 años ejerce desde hace 10 su profesión. Ella desde la mirada del feminismo se encargó de aclarar algunos de los temas que aún son considerados como "prohibidos" para hablar.
La profesional resaltó que es importante conocer sobre la sexualidad porque “son temas que han estado ocultos y cubiertos de prejuicios y cuestiones morales de las lógicas imperantes de la sociedad”. Al mismo tiempo indicó que “las lógicas imperantes en nuestra sociedad hacen que la información que hay no sea ni científica ni laica”. Esto desemboca, según la psicóloga, a que muchas personas no vivan su sexualidad de manera placentera.
Posteriormente mencionó que la educación sexual por mucho tiempo estuvo basada en prejuicios, pornomenstring, o el rumor entre personas. 'Es importante contar con la información lo más científica posible para que las personas disfrutemos de la sexualidad de manera plena', sostuvo. Además, detalló que la sexualidad “ha sido reconocida como el derecho al placer por la Organización Mundial de la Salud, como parte de los derechos sexuales”.
Al consultarle sobre la visión que se tiene sobre la mujer como sujeto/objeto de placer, la sanjuanina argumentó que “esto no responde a una creencia individual, sino que tiene que ver con un sistema en el que hemos sido criadas las mujeres y las sexualidades no normativas”. Este sistema indica que “estamos al servicio del deseo de otro, que por lo general es un hombre blanco y heterosexual”.
Sin embargo, con el nuevo paradigma feminista y evolución del pensamiento sobre la sexualidad, llevó a un trabajo en el que las mujeres se vislumbran como seres deseantes. Es así como ponen en vigencia la idea de que son sujetos de placer sino de deseo, “esto se debe a que sino deseo no hay placer”. A pesar de ello la profesional de la sexología señala que lo importante es auto concebirse de ese modo.
Otro de los datos que enfatizó la psicóloga sobre la mirada sobre la mujer como objeto de placer, es que deviene de una lógica patriarcal. El mismo deriva del capitalismo, donde “las mujeres pasamos a ser como objeto de intercambio, un modo de pagar por las cosas”. Esto a lo largo de la historia ha ido mutando y ya no es solo el hombre quien puede desear y obtener placer, sino que el espectro se amplía a todos incluyendo sus gustos.
A la vez señaló sobre la cosificación de la mujer en las publicidades, donde se ve a objetos a la venta acompañados de cuerpos hegemónicos para ampliar el consumo de quien se considera que maneja mayor cantidad de dinero.
En cuanto a la masturbación en las mujeres, la sexóloga sanjuanina mencionó que “existió siempre, el tema es que hay una cultura milenaria que señala las mujeres no podían sentir placer porque para ello debía venir un hombre a enseñarnos de que se trata el placer y sexo”. De allí deriva que la autoexploración femenina sea algo que no se hable, aunque se practique. Esto se da a pesar de que en la industria de los sex toys, los objetos estén pensados para vulvas.
En torno al deseo sexual no dejó de precisar que “es uno solo”, sin importar si se es varón, mujer, cisgénero, trans o no binaria. Lo que implica es que hay distintos factores que llevan a la conexión del deseo con otro. Por esta razón es que Alexandra argumentó que “no es una cuestión de género. Es decir, no es que las mujeres tienen más o menos deseo”. Sobre ello remarcó que las personas viven de diferente manera la sexualidad y su deseo, por lo que puede que haya “personas más activas y se conectan más fácil con su deseo sexual o haya otras personas que no, incluso llegando a percibirse dentro de lo que hoy se considera el espectro asexual (que no es una patología sino una forma de vivir la propia sexualidad)”.
Es así como, Amorón manifiesta que la mujer no es un mapa a descifrar para saber donde tocar sino que las zonas erógenas son diversas dependiendo de cada persona. De esta manera desde su profesión, acoplado al feminismo inicia el camino para derribar mitos de la sexualidad femenina.