En su nueva columna semanal por Banda Ancha, este lunes el psicólogo Raúl Ontiveros analizó un delicado tema que atraviesa a toda la sociedad: las secuelas de por vida en las víctimas de violación. "El violador solo se cura con la muerte", sostuvo. 

"Yo he trabajado la mayor parte de mi carrera en relación a adicciones y cuando uno empieza a desandar el camino, en esta amnesia, hasta donde vamos trabajando el pasado, su historia, normalmente encontramos situaciones de abandono afectivo, de violencia física y de abuso sexual", dijo. 

En esa línea manifestó que "esto no explica todos los casos de adicciones, por supuesto, pero sí encontramos mucho de esto. No podemos generalizarlo pero no podemos negarlo que existe". 

"Cuando una persona logra hablar de ello, a veces puede hacerle en el momento que en realidad en el momento y a veces no es ayudado por el contexto entonces lo reprime, lo niega o por lo menos lo calla y lo sufre silenciosamente durante muchísimo tiempo", manifestó. 

"¿Cómo sale?, es una pregunta que nos hacemos todos los días y en eso tratamos de buscar y de construir esa puerta de salida, de superar esto", agregó el profesional. "Porque no solo a nivel de trastornos psicopatológicos como puede ser una depresión, ataques de pánico, trastornos de angustia, fobias, si no todo lo que la persona queda dañada por dentro". 

"La herida, el trauma, la devastación que esto provoca... imaginate cuando ha sido una vez, imaginate cuando es repetido por mucho tiempo y cuando es silenciosamente aceptado por un familiar", explicó Ontiveros. 

Las secuelas de por vida en las víctimas de violación

"El violador solo se cura con la muerte"

En otra parte de su columna, el psicólogo manifestó que "yo me horrorizo cuando a veces en los diarios escucho que el abusador llegó a un juicio negociado, abreviado, por 3 horas con 50 minutos porque más allá de todos los vericuetos legales, tecnicismos legales de algún abogado, estamos desconociendo un hecho y es que lo va a volver a hacer. Estamos liberando un monstruo a la calle".

"Es una conducta repetitiva porque hace a su estructura perversa de personalidad", dijo. 

"La muerte los cura. Nosotros no podemos estar liberando gente que mata en vida a otros y en particular a nuestros más chiquitos. Entonces tenemos que entender que el abusador siente placer en el daño, no es un desahogo sexual como el año pasado un juez dictaminó, sobreseyendo a un abusador. Algo que realmente es inaceptable", expresó también Ontiveros.

También agregó que "tiene que ver con una estructura de personalidad donde el placer tiene que ver no solo con lo sexual si no con la dominación y poner a la persona en un estado de indignidad y sometimiento, en donde este vínculo tiende a perpetuarse por eso muchas veces no siempre no es un hecho aislado si no que tienden a darse estos vínculos con este tío, abuelo, papá, mamá, durante años". 

Mirá el video con el análisis completo insertado al principio de la nota.