Lo mencionan como el trabajo más antiguo del mundo por practicarse desde las antiguas civilizaciones. Rompiendo barreras y adaptándose a los nuevos tiempos, las trabajadoras sexuales han ido copando y haciendo uso de algunas plataformas con distintos objetivos, no sólo con venta de contenido sexual, sino con la coordinación de encuentros con clientes de manera personal. Esta práctica ha llevado a duplicar la cantidad de trabajadoras en la provincia.

Algunas son plataformas virtuales, aplicaciones o web de carácter internacional y otras son argentinas. Pero ambas tienen como objetivo la venta de contenido sexual y dependiendo del usuario, se puede coordinar un encuentro con la trabajadora (o trabajador pero es el menor de los casos).

Desde Ammar San Juan, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina, autodenominada el Sindicato de las trabajadoras sexuales, su titular Mónica Lencina contó que “hay muchas trabajadoras sexuales y están cambiando las formas de hacerlo. Cada vez hay más trabajadoras. Con las redes, muchas trabajadoras se han dedicado a esos medios como cafecito, matecito y otras páginas para anunciarse y buscar clientes”.

“Tengo contacto con muchas trabajadoras a través de internet y de las redes, ha crecido el doble en número”, relató la líder del sindicato que vela por las meretrices y agregó “el padrón hasta el año pasado era de 80 afiliadas y ahora supera el número de 200.

En relación a la afiliación Lencina explicó que es tal la inscripción pero no llevan un registro porque “es imposible hacerlo con todas, no todas se autoperciben trabajadoras sexuales ni quieren estar registradas, justamente por el estigma del trabajo sexual. Pero conocemos en el ambiente porque una habla con otra y entre nosotras nos vamos conociendo y sabiendo donde están trabajando cada una”.

Sobre el cambio que produjo este paso de trabajar en la calle a ofrecer el servicio detrás de una pantalla, relató que “paradas en la calle no sólo se corre riesgo de que la Policía te cague a palos o te lleve detenida, sino que también están los ladrones disfrazados de clientes, que les roban y llevan lo que tienen”.

De igual modo, esto tiene un lado complejo y es que con las plataformas online “se nos ha complicado llegar con la información ni a todas las compañeras que están en internet. Nosotros acercamos como organización preservativos y demás elementos”.

La realidad indica que la explosión de las redes sociales y las plataformas, también ocasionó un estallido en la cantidad de trabajadoras sexuales en San Juan.