Se dan muchas situaciones en las que uno de los motivos de la separación de una pareja se debe a los escenas y caprichos protagonizados por un ‘perrhijo’. Es decir, un perro criado en un hogar como si fuera un hijo de los cónyuges o novios. En su habitual columna de los martes en Banda Ancha, el conductor canino Roberto Bastianelli explicó algunos de los motivos que llevan a estas instancias no deseables.

Dentro de la variedad de casos que suelen darse, el profesional detalló que muchas veces se dan por la llegada de una nueva pareja a la casa. Al sentirse invadido, desplazado en cuanto al cariño, el can puede optar por querer salir más veces de las que tiene acostumbrada salir para hacer sus necesidades. Esto se debe a los celos que manifiesta el animal.

También el ‘perrhijo’ puede incomodar a la pareja no dejándolos en paz poniéndose entre ellos cuando ven televisión o están en un sillón disfrutando de un momento. Cómo así también pueden ladrar sin razón a cada rato y por cualquier cosa, sin necesidad de tener hambre para denotar fastidio e incomodidad.

Una de las escenas que puede hacer estos perros criados con exceso de cariño, es ponerse entre medio de la pareja en la cama y aferrarse con el que tiene mayor afinidad, mostrándole los dientes al otro humano.

Misma situación, pero trasladado a la llegada del humano con menos afinidad. Ahí el perro puede hasta atacarlo, interpretando que viene a invadir su espacio de cariño con su dueño con el que más está unido afectivamente.