Si fuiste a hacer algún trámite, trabajas en el Centro Cívico o pasas por el lugar durante las mañanas en la semana, no podes no haberlos visto. Ellos madrugan para tener el desayuno bien caliente y otras alternativas para media mañana, e inclusive el almuerzo. Son los vendedores ambulantes que se ubican en las cercanías del importante edificio público. El móvil de Canal 13 conversó durante la semana con algunos de ellos y contaron como es el sacrificado día a día de estos laburantes, que para ganarse el pan, día a día deben levantarse muy temprano.

Según dos puesteros de café y cosas dulces, el levantarse a las 5 de la mañana de lunes a viernes, es una constante para ellos. En su rutina, como la de muchos laburantes, es comenzar el día antes de la salida del sol, calentar el agua, preparar todo, y cuando están alistados dirigirse hasta la panadería para comprar las facturas, semitas y demás masas para tener suficiente para ofrecer con el café. Los empleados del edificio público empiezan a llegar cerca de las 7, por lo que ellos ya están a las 6:30 listos para otro día laboral de batalla a la pobreza.  

Los vendedores contaron a Canal 13, que de lunes a viernes están desde las 6 o 6:30 hasta las 14 inclusive, porque algunos de estos trabajadores, además del desayuno ofrecen almuerzo a los empleados del Cívico y personas que llegan a hacer diferentes trámites. ‘Siempre con una buena cara y predisposición, a pesar de que el barbijo tape todo eso’, comentó uno de los cafeteros. El otro puestero acotó diciendo: ‘Por más que estés mal, y estemos en pandemia tenemos que ponerle onda’.

Uno de los vendedores hace 5 años que está con el mismo puesto haciéndole frente a la desocupación sanjuanina. Ante la falta de trabajo, el hombre es consistente y elije madrugar de lunes a viernes y llevar el pan para su casa. La crisis que generó la cuarentena dura les hizo mucho mal, porque si antes vendían 100, ahora venden 20. La diferencia es notorioa, y lo más seguro es que se explique a que la gente no tiene dinero, o el poco que tiene trata de cuidarlo, ‘no se dan los mismos gustos que antes, y además están más desconfiados con esto de la pandemia’, puntualizó uno de los cafeteros.

Los dos últimos vendedores, de los muchos que ubican su puesto en los alrededores del Centro Cívico, consultados sobre su día a día laboral coincidieron en que el sacrificio vale la pena por la plata y el ‘ponerle onda y sonreírle siempre al cliente’, ayuda muchísimo. Uno de ellos vende cosas para media mañana y el almuerzo, como sanguches de jamón crudo, tartas y demás.

La otra es jujeña, y se enamoró de la provincia, por lo que se instaló y vende juguetes y barbijos de fabricación casera. ‘Yo antes trabajaba vistiendo reinas en Jujuy. En una de las fiestas más importantes del país, que se realiza en mi provincia’, dijo. Es importante aclarar, que todos los trabajadores apostados en este emblemático lugar para los sanjuaninos, atienden con barbijo colocado, tienen alcohol en gel para ofrecerle a su cliente, por lo que irles a comprarles es una apuesta a estos trabajadores, que día a día se ganan el pan con mucho sacrificio.