Las manos curtidas de inviernos y veranos, de horneadas a la madrugada y al sol, con sangre y arcilla, denotan que Nardo y Sergio Morales son trabajadores incansables, apasionados por lo que hacen. Hombres preocupados y ocupados en mantener viva la tradición familiar de la creación de cerámica que hace más de 50 años les enseñó su madre. Varaderos artesanos.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Estos hermanos pertenecen a la Comunidad Huarpe Sawa, la cual está ubicada en 25 de Mayo a pocas cuadras de la vera de la Ruta Nacional 20. Al costado del camino, precisamente en el kilómetro 423, estos artesanos tienen su taller, el cual permanece vigente desde 'más o menos unos 40 años'. Si bien el negocio familiar comenzó con la venta de melones, luego sí, fueron recobrando la memoria de aquellas enseñanzas de su madre. Esas que significaban el laborioso oficio de moldear la arcilla, pero primero de esperarla, de trabajarla, y luego cuando se tenía la forma deseada lista, hornearla.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Vasijas, jarrones, platitos sobre las mesas y los pisos del negocio.  'Comenzamos a hacer cosas de barro que nos enseñó nuestra madre, y ahí nos quedamos ya, a vivir acá', contó Nardo, en inmediato acotó que ellos son originarios de Punta del Agua, ubicado 'al fondo de la ruta', como ellos saben decir. Precisamente su comunidad se levanta y permaneces a unos 25 kilómetros del costado de la ruta.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

'En un puesto de cabras vivíamos nosotros', se apresuró a decir Nardo con la mirada viajando hacia esas épocas, en donde su padre criaba a esa gran cantidad de animales, que eran también el pan de cada día, gracias a la venta, pero también al consumo personal. Cuando Diario 13 le consultó por recuerdos de su infancia, este trabajador no pudo evitar soltar una espontánea sonrisa y atinar a decir 'muy lindos'. Luego, con la voz entrecortada, como quien añora ese pasado en el cual fue feliz, aunque con muy poco en sus bolsillos, Nardo relató que en aquellos tiempos pillaban zorros, para luego venderlos. Cosa de niños... de niños con fuerte ascendencia Huarpe.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Llegado el turno de ser consultado sobre el trajín de la niñez, Sergio, que hasta ese momento se había mantenido impoluto, casi desentendiéndose de lo que contaba su hermano, con su gorra roja un tanto desteñida y los brazos cruzados que dejaban evidenciar manos con sangre, tal vez por algún roce, golpe o corte al hornear, recordó que era un 'gran sacrificio llegar cada día a la escuela'. Para educarse, los Morales y sus amigos de la comunidad partían a las 5 de la madrugada y volvían 'a la nochecita, pero claro, al ir jugando en el camino 'ni se daban cuenta' de lo que caminaban.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

'Cuando teníamos que jugar con los otros niños estábamos con un poco apartados, porque la forma de jugar no era la misma. Por ahí como que nos aislábamos un poco', rememoró el artesano entre una cálida sonrisa. Terminada su primera intervención en la entrevista, se disculpó para retirarse para ir 'a mirar el horno'. El sol empezaba a pegar pasadas las 9 de esa mañana, pero él tenía un deber, y eso no entiende de esperas, demoras, feriados, fin de semanas largos, ni mucho menos de notas periodísticas. Cuando la leña calienta el horno, se está terminando de moldear el trabajo, por lo que es importantísimo estar al pie del cañón con esta tarea.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

‘Fue entonces que tomó la posta su hermano, quien dándose media vuelta se dirigió hacia el sector de la pileta mientras iba contando que alrededor de 1970 llegaron al costado de la ruta con el negocio. 'Con el terremoto de Caucete ya estábamos viniendo para este lado, a trabajar acá, a la ruta. Hace mucho eso', precisó Nardo con mirada auto-inquisitoria.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Fueron casi dos conversaciones a la vez las que llevaba don Nardo. Por un lado, contaba que el oficio de alfareros se los enseñó su madre cuando eran 'muy chiquitos', pero con el paso de los años se les olvido. También con el paso de los años revisitaron esas enseñanzas para hacerlas suyas de nuevo y poder ganarse el pan de cada día. A su vez, el trabajador iba explicando los primeros pasos o procesos en el cual colocan la arcilla en una primera pileta para revolverla cada una serie de minutos, luego la pasan a otra pileta donde la dejan estacionar.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

'Cuando se vendió, entonces des despertó el tema del negocio', contó Nardo. Luego prosiguió con la otra parte de su alocución de ceramista. Para ello, extrajo con sus manos un pedazo de arcilla uniforme de un balde azul. Lo tiró en una pequeña mesa, y sin sentarse comenzó a machetear ese pedazo, para rápidamente dividirlo y volverlo a junta, hasta que consiguió que sea una masa uniforme. Todo este proceso, con minuciosa explicación de por medio.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Las manos de Nardo, curtidas por la constante labor de alfarero, moldearon una especie de vasija. 'Lo que pasa es que este barro no va a quedar del todo bien porque todavía no es su tiempo, pero yo les muestro igual, para que vean, para que tengan la experiencia' soltó el artesano y negociante, mientras le daba las últimas formas a una húmeda vasija mediana, ideal para ensaladas.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

A un costado, un poco alejado del lente de la cámara, Sergio, que había vuelto de ver el horno, esperaba su segunda intervención apoyado sobre una de las columnas. Al terminar su hermano con esa parte de la explicación, se unió en el camino, cuando Nardo, con aires de liderazgo, se dirigía hacia el sector de los hornos (Las reliquias que están desuso, pero que funcionan, y el que por estos años están utilizando).

Al sumarse, el otro Morales a la pequeña 'visita guiada', ambos mostraron y explicaron el proceso por el cual estaban dándole forma a los productos que luego venderían.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Los habituales compradores de estos productos regionales con fuerte acento Huarpe son visitantes que pasan por la ruta y hacen el fácil desvió para llegar al local. Además, de los compradores que llegan a estas artesanías por medio de internet, ya sea por una publicación de Facebook o de Instagram. 'Los que hacen sus pedidos por internet son de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, de todos lados, del norte de Salta. Por internet te contactan y después vos haces el negocio', precisó Nardo, mientras su hermano metía más leña al fuego para que el horno no pierda calor, y todo estuviese en orden con la producción. Es que además de brindar una entrevista estaban trabajando.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

Los compradores no suelen interesarse de las ricas historias que tienen esas vasijas, ni mucho menos de las palabras que dejan grabadas algunas de ellas. Sin embargo, ellos persisten en esa práctica, tozudamente saben que es la manera que tienen de mantener viva la tradición que corre por sus venas. La sangre Huarpe. Por eso, en muchos, no todos, de sus productos se puede leer palabras de las lenguas de su pueblo originario como Sunyay que significa esperanza, o Xumec, término Huarpe para hablar del origen.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

El epílogo de la entrevista se sucedió entre los hermanos dejando del horno en condiciones para poder continuar contando de su actividad diaria camino a la galería principal del negocio. Una vez en ese lugar, Nardo y Sergio contaron que se han encargado de enseñarles y hacer parte del oficio a sus hijos y sus nietos, por lo que ya son tres las generaciones que producen artesanías a la vera de la ruta 20. Desde mini vasijas o platitos, hasta jarrones con diferentes formas (destacándose los que tiene alguna forma semi humana).

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe

El recorrido final de esta historia encontró a los hermanos Morales sosteniendo una pequeña vasija o platito en la que se dejaba leer Xumec. Quizás un mejor cierre para esta historia no había, puesto que estos alfareros incansables, con las manos curtidas de tantos fríos, de tantos 'calores', de tantas moldeadas y horneadas, han sabido registrar, en el paso del tiempo, la pasión con la que día a día deciden trabajar el barro para convertirlo en arte, y así mantener viva la memoria de su madre, el esfuerzo de su padre, y las tradiciones de sus antepasados. Y todo al costado de la ruta, a la vera del camino.

Nardo y Sergio, los hermanos de sangre y de oficio que a la vera de la Ruta 20 mantienen viva la tradición de la alfarería Huarpe