No vino de una familia adinerada. Pero con trabajo y esfuerzo, sumado a circunstancias políticas que se fueron dando, en medio de una Argentina con guerras civiles, fueron los ejes para lo que sería su vida y la que marcaría el rumbo del desarrollo del país.

‘Él mismo describe a la familia en el libro Recuerdos de Provincia como muy humilde. El padre de su papá había amasado una posición económica media, pero había perdido su fortuna producto de una enfermedad, cayendo en una situación compleja. Tal es así que su madre, (doña Paula), se dedicaba a tejer, hacía anascotes, que era una prenda de vestir para los clérigos. Era muy requerida y ella tenía una gran facilidad, lo hacía con el tradicional telar de madera’, contó el ministro de la Corte de Justicia, Marcelo Lima, autor del libro 'Sarmiento sin Prejuicios'.

Lima, reveló que doña Paula quería llevar a Domingo ‘por la orientación eclesiástica, como toda la familia Albarracín y su padre lo quería inclinar a la carrera miliar pero no tuvo surte por falta de contactos y por falta de recursos’.

Entre los trabajos que hizo quien luego fuera presidente de la Nación, fue atender un negocio. ‘Angela Salcedo era una tía que tenía una tienda. Sarmiento era tendero, vendía algunos libros’, contó Lima.

Pero más allá de la pobreza en la que se crió, las guerras civiles lo obligaron a exiliarse junto a su padre, con apenas 20 años. Lo hizo hacia Chile, lugar en el que trabajó y tuvo distintos oficios.

Además de tendero, Sarmiento se desempeñó como obrero de viña, trabajó en una bodega, junto a su padre abrieron un bodegón en la zona de Procuro, a escasos kilómetros de Los Andes, fue maestro y obrero minero en Copiapó hasta que contrajo fiebre tifoidea y debió regresar a San Juan, según relata en su libro el ministro de la Corte, Lima.

Estos trabajos fueron esenciales para forjar lo que sería su camino y torcer el destino en una vida que no se planteaba como fácil para entonces. Esto y mucho más sobre cómo Sarmiento torció su destino, podés mirarlo en la entrevista con Marcelo Lima en el video que acompaña esta nota.