Hace 7 años, Maximiliano Fernández, comenzó a hacer rap. Empezó escribiendo sus propias canciones, hasta que se animó a cantar delante del público. Ahora, hace unos meses, sube a los colectivos de la Red Tulum para cantar a la gorra, pues de esa manera obtiene más ingresos que tocando en bares o restaurantes. “Tengo una nena de 4 años y empecé a subir a los colectivos a cantar porque no me alcanzaba para que viviéramos”, dijo.

Sube al colectivo y le pide permiso al chofer. Se presenta, prende un pequeño parlante que lleva conectado a su celular y se deja llevar. Disfruta de lo que hace y en cada palabra que dice, cuenta poco a poco su vida. Esas canciones, las compone al 100% él.

Maxi, como todos los conocen, ama la música. Trabaja algunos días a la semana en una peluquería. Hace unos meses, como ese dinero no le alcanzaba empezó a abrirse puertas con la música. “Empecé a tocar en bares, porque no tenía suficiente plata para mantener a mi hija y para que vivamos tranquilos. Después, se me ocurrió lo de los colectivos. Nunca pensé que podía recibir tanta ayuda de la gente”, dijo.

Por otro lado, contó que decidió empezar a hacer rap arriba de los micros, porque si bien él toca otro tipo de música, no había visto a nadie haciendo esto para los pasajeros. “Además, porque el rap es una música que creo que le puede gustar a los que viajan en colectivo, que son personas de todas las edades”, agregó.

“En el colectivo la gente responde. Me da dinero y vos ves que les alegras el viaje y eso está muy bueno. En los micros me va mejor que en los bares y de paso me da margen de tiempo para estar con mi hija que va a la escuela”, agregó y se definió como un busca, pues en ocasiones también le ayuda a su papá con un servicio de lunch para eventos. “Todo lo que sea trabajar lo hago, pero con la música es con lo que mejor me siento”, dijo y agregó que todas sus presentaciones son a la gorra.