Se posterga para el 2024 la remodelación de la Iglesia de Santo Domingo
El tempo sufrió graves roturas la noche del 18 de enero del 2021 durante el fuerte sismo que sacudió a San Juan y lleva más de dos años cerrado.
La Iglesia de Santo Domingo de Guzmán ubicada en el casco histórico de San Juan (Avenida Libertador y Entre Ríos) lleva más de dos años sin abrir sus puertas. El histórico tempo sanjuanino perteneciente a la Orden de Predicadores (más conocidos como Dominicos), sufrió graves roturas la noche del 18 de enero del 2021 en el terremoto de 6.4 en la escala de Ritcher.
Esta comunidad siguió celebrando la Misa en la iglesia que le presta el Colegio Santa Rosa de Lima ubicado en sus instalaciones, pero sueñan en volver a su lugar, a su templo. Y a pesar de que se había originado una luz de esperanza para ello, gracias a un encuentro que tuvieron el Prior de Mendoza, Fernando Reta y representantes del Gobierno de la provincia, el inicio de las obras de remodelación deberá esperar al 2024, según pudo averiguar Diario 13 a través de una cercana fuente a la orden.
Parte del techo del templo necesita ser restaurada, así como unas paredes laterales ubicadas en las entradas, según les habían indicado a los frailes desde el Ministerio de Obra e Infraestructura. Al ser peligroso el lugar en ese estado, no puede abrir sus puertas ni para que sus fieles puedan ingresar a rezar.
El Prior de Mendoza desde el 2020 también se encarga de la comunidad en San Juan, debido a que los frailes que estaban en la provincia fueron trasladados. Él había confirmado a este medio del inicio de charlas con el Gobierno de la Provincia, quienes en diciembre del 2022 les aseguraron que colaborarían con la obra para que la remodelación sea una realidad, con muchas chances de que esto ocurra este año.
Sin embargo, a Fray Reta desde el Estado Provincial le informaron que esta colaboración recién podría darse en 2024, por lo cual sus feligreses deberán esperar un año más para empezar a soñar con volver a su templo.
En el encuentro de diciembre del 2022 con el Gobierno, Fray Reta presentó un proyecto de refuerzo estructural con un presupuesto actualizado, ya que el último databa de abril y la inflación se encargó de que quedara muy desfasado.
Reta contó que dos arquitectas puestas por la comunidad de frailes tendrán la tarea de ser las veedoras de la obra. Las profesionales fueron parte de los estudios que devinieron en el posterior proyecto de refuerzo estructural, por lo que su conocimiento del estado del templo sería importante.
También contó que en febrero convocaron a la comunidad dominica de la provincia, y ‘a quienes sientan aprecio por este histórico templo’ a colaborar con donaciones a través de una cuenta corriente para poder hacer frente a importante obra.
El terremoto del 18 de enero del 2021 dejó serios destrozos en la Iglesia de Santo Domingo. Sobre todo, en la fachada ubicada en Avenida Libertador y Entre Ríos.
La adyacencia del templo se encintó en el ingreso con carteles de 'prohibido pasar'. En el interior no se registró la caída de imágenes, ni roturas de vidrios y cuadros. Lo que sí cedió fue mampostería que no puso en peligro al resto de los objetos ni a la estructura general del templo. De todos modos, está inhabilitado el ingreso por las paredes agrietadas.
Ante esta situación, los frailes dominicos de Mendoza, encargados de la comunidad de San Juan, decidieron que se celebraran las misas en la capilla del Colegio Santa Rosa de Lima, que presta todos los sábados a la tarde a las 19 y los domingos a las 11 sus instalaciones para que se celebre la eucaristía.
La iglesia fue dinamitada por consejo del entonces Secretario de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón tras el terremoto de 1944. Luego fue reconstruida, pero las paredes de ingreso y del fondo se hicieron de forma provisoria. En consecuencia, en el sismo de Caucete de 1977, se agrietaron y se las arregló. Sin embargo, con el terremoto de 6.4º de comienzos del 2021 se volvieron a rajar.
Cabe señalar, que todos los 15 de enero en la Iglesia de Santo Domingo se realizaba la misa para pedir por las almas de las víctimas del terremoto del 44’, puesto que en uno de sus laterales descansan los restos de fallecidos en una gran urna. A la celebración de la Eucaristía concurría el gobernador.