‘Es común e importante los trastornos psicológicos en los perros, mucha gente me dice lo único que nos faltaba tener que llevar a los perros al psicólogo, no bastaba con llevar a los hijos también teneos que llevar a los perros’, comenzó diciendo el conductista canino, Roberto Bastianelli este martes en su habitual columna en Banda Ancha.

De entrada, el columnista señaló que este tipo de problemas de orden psicológicos no pueden ser tratados por veterinarios o adiestradores, puesto que no son sus especialidades. Los trastornos psicológicos de los perros lo solucionan los etólogos especializados en conducta canina o también conocidos como conductista caninos. Estos profesionales son los únicos que tienen la preparación y estudio necesarios para poder solucionar este tipo de problemas.

También Bastianelli dejó en claro que estas clases de trastornos o miedos son más comunes de lo que la gente cree, pero generalmente nunca se le atribuye a eso. Además, contó que son muchos y variados y que son los caninos de ciudad que interactúan con los seres humanos los que comúnmente sufren estos trastornos, no como los perros salvajes que difícilmente los sufran.

‘En pocas palabras, nosotros enfermamos los perros psicológicamente porque alteramos su naturaleza’, puntualizó Bastianelli.

Algunos de los principales trastornos psicológicos que pueden sufrir nuestros perros

Antropomorfismo o síndrome de humanización de los perros: son los famosos perrihijos que van en brazos, que le compran ropita, que le ponen chupete, que lo disfrazan, que los hacen dormir en la cama. Este apego hace que el perro sufra de uno de los trastornos psicológicos desequilibrando su naturaleza

 Problemas conductuales: los que se suben a la cama, los que se suben al sillón, que rompen cosas, que ladran en la noche y no dejan dormir, que orinan y defecan dentro del hogar de su dueño, que se escapaban en la calle, que se pelean con el perro del vecino.

Trastornos de fagias o de pica: Se entiende que un perro sufre trastornos alimentarios si come cosas raras, come en exceso o en defecto, o bebe más o menos agua de lo normal. Algunos de estos trastornos pueden ser un síntoma de enfermedad sistémica complicada, y otros pueden ser peligrosos para la vida del animal, como el consumo de materiales extraños como las piedras, o muy desagradables para los propietarios, como la coprofagia o ingesta de cacas (propias o ajenas).

Coprofagia: se denomina a la desagradable costumbre de ingerir heces por parte de un ser vivo. En determinados animales, como los conejos, es algo fisiológico puesto que muchos productos vegetales que ingieren necesitan pasar procesos digestivos que producen las bacterias intestinales para que puedan ser aprovechados por estos simpáticos animales. Pero en perros no es normal, es una conducta errática.

Conofagia: es cuando los perros se comen el polvillo que sacaron de la pared como si fuera alimento. Este trastorno provoca problemas intestinales en los caninos.

Tripofagia: los perros que comen pelos, lanas, trapos y provocan obturación intestinales o estomacales, por lo que deben ir al veterinario a que le extraigan el objeto en una operación.

Fobias caninas: miedos a los fuegos artificiales, a los relámpagos, truenos, a los ruidos de las aspiradoras, secadoras, licuadoras. Todos los que son ruidos fuertes provocan que el perro entre en pánico y salgan corriendo a meteré debajo de la cama del pánico que le dan.