En una emotiva jornada, tres valientes madres compartieron sus experiencias sobre el desafío diario de llevar a sus hijos con discapacidad a estudiar. Marina, Irene y otra madre, cuyo nombre prefirió no revelar, ofrecieron testimonios conmovedores sobre la dedicación y el esfuerzo que implica esta tarea.

Marina, madre de Marcos, un joven de 14 años con autismo, relató: "Todos los días hacemos un gran esfuerzo para llevar a Marcos a la escuela desde Caucete, ya que no contamos con movilidad propia. Viajamos en colectivo con el pase libre que nos proporciona la Dirección de Tránsito y Transporte. El día parece tener 28 horas, entre las tareas de Marcos y las nuestras. A pesar de las dificultades, tener un hijo especial es una experiencia maravillosa. Nos mantenemos firmes, como todas las mamás en esta situación".

Por su parte, Irene, madre de un niño con síndrome de Down, compartió: "Somos una familia numerosa y, lamentablemente, nuestra movilidad municipal se averió el año pasado, dejándonos sin solución hasta el momento. A menudo, me veo obligada a caminar o tomar el colectivo para trasladarlo, mientras cuido a mis otras hijas. Nos apoyamos mutuamente y participamos en actividades como la gimnasia, donde podemos conectarnos con otras mamás en situaciones similares. Queremos dar lo mejor para nuestros hijos, brindándoles terapia y actividades que los ayuden a ser independientes en el futuro".

La tercera madre, quien prefirió mantener su identidad en reserva, expresó su preocupación: "Mi hijo tiene retraso madurativo y cada día se nos hace más difícil. El gobierno no nos brinda el apoyo necesario y, además, mi esposo sufrió un ACV, lo que complica aún más nuestra situación. Estamos aquí por nuestros hijos, luchando día a día. Aunque las circunstancias sean desafiantes, seguimos adelante con amor y determinación".