Alberto Zapata Bacur, o "Wey" como le dicen sus allegados, se subió a una moto a sus tres años y nunca más se bajó. Con el paso de los años fue estrechando lazos con algunos colegas. Uno de ellos fue Rodrigo González, a quien Alberto ayudó de manera incondicional a recuperarse de un ACV que sufrió en el 2016 en plena competencia.

"En ese entonces el estaba en Perú y me mandaba mensajes todo el tiempo diciéndome 'Vamos que se puede', me motivaba todo el tiempo". Esos gestos son los que provocaron que el "Wey", sea tan querido actualmente por quienes dedican su vida al motocross y sobre todo por su hermano del alma, Rodry González quien aún continúa muy triste por la situación que vive Alberto.

Zapata Bacur subió a su Chevrolet Corsa Classic por la noche del domingo 15 de noviembre, sin saber que a partir de ese momento su vida iba a cambiar. El joven de 23 años circulaba por Ruta 40, hasta que antes de llegar al puente de la calle 5 perdió el control. El vehículo terminó volcado completamente y su conductor en las urgencias del Hospital Rawson. Desde el nosocomio se conocía una noticia que conmocionó a los enduristas de la provincia, tuvieron que amputarle el brazo izquierdo al "Wey".

El accidente tomó por sorpresa y angustió a quienes comparten la misma pasión que el afectado. El propio González recuerda que no podía creerlo cuando recibió la noticia. Rodry había regresado a su casa alrededor de las 22:00 de aquel domingo fatal. El chico se puso a revisar las notificaciones de su celular y pudo ver entre ellas una publicación que comunicaba una noticia horrible. "Ha tenido un accidente el más grande del motocross" rezaba este posteo.

"En ese momento todos empezamos a preguntar quien era y nos dijeron que era el Zapata, pero nosotros creíamos que era el Zapata grande, el padre del 'Wey' pero no, era Alberto". En ese momento el corazón de la familia González se hizo trizas y de manera inevitable recordaron cuando Rodrigo tuvo que afrontar una situación similar años atrás.

Todo sucedió en 2016 cuando fue a correr a Chilecito acompañado por toda su familia. En un momento dado de la competición, el joven endurista sufrió un Accidente Cerebrovascular (ACV). Esto provocó que cayera de su motocicleta y se golpeara fuertemente contra el suelo. El mediagüino fue internado de gravedad en la vecina provincia. Si bien la mayoría del tiempo estuvo en coma inducido, Rodry siempre tiene presente el apoyo inquebrantable de su "hermano" Alberto.

"Cuando él estaba en Perú me regaló una casaca con el número 124, que decía 'Vamos Rodry'. Me apoyó todo el tiempo igual que su familia". Afortunadamente después de varios años de rehabilitación, viajes a Buenos Aires y dos operaciones en la cabeza ha podido superar casi en su totalidad este episodio. A raíz del lamentable suceso, los González y los Zapata forjaron un relación que va más allá de los lazos sanguíneos.

"Como el me ayudó a mí, yo lo voy a ayudar a él. Más que nunca lo voy a ayudar". Esa fue la promesa que le hizo este aún acongojado sanjuanino a su gran amigo. Tanto Rodrigo como sus papás están en permanente contacto con los padres de Bacur y van a visitarlos todas las veces que pueden. "Mis viejos van al Hospital y acompañan sobre todo a la madre del Alberto. Están reviviendo lo que me pasó a mi".

Si bien reconoce que esta atravesando un momento muy triste, González prefiere quedarse con los buenos momentos que tuvo con el "Wey". El viaje a Bariloche que hicieron juntos, las carreras que compartieron en la máxima categoría provincial y sobre todo el día que fueron a andar en lancha al dique, apenas dos semanas antes del feroz vuelco.

"El Alberto es un buen vago. Ama el motocross. Somos como hermanos podría decir. Yo voy a hacer todo lo posible para que el este bien. Vamos a salir adelante los dos juntos". Este es el deseo cargado de esperanza de todos los que conocieron al carismático joven de 23 años, que actualmente esta enfrentando la carrera más dura de toda su vida.