Luego de al menos 35 años en el rubro, por la crisis económica, la histórica parrilla Bigotes cerró sus puertas. El local se encuentra sobre calle Las Heras, entre 9 de Julio y Gral. Paz. De acuerdo a la información que está circulando entre los grupos de comerciantes, por cierre de local han puesto a la venta una gran cantidad de artículos que eran usados en el restaurante.

Un volante que está circulando entre grupos de comerciantes y ciudadanos en redes sociales ha generado un gran impacto en la comunidad. El anuncio informa sobre la venta de una amplia variedad de artículos que formaban parte del funcionamiento diario del restaurante Parrilla Bigotes, que recientemente cerró sus puertas.

Desde sillas y mesas hasta vajilla de loza, acero y vidrio, pasando por cubiertos, vasos, copas, mantelería y cortinas, todo está siendo ofrecido al público debido al cierre del local. Esta noticia ha despertado nostalgia entre aquellos que solían frecuentar este emblemático establecimiento, recordando momentos compartidos y saboreando los platos característicos que ofrecía.

La Parrilla Bigotes no solo es conocida por los años que lleva en la actividad gastronómica, sino también por una hermosa costumbre que adoptó a lo largo de los años. Cada mes, el restaurante invitaba a niños de distintas escuelas primarias a disfrutar de una comida especial. Esta iniciativa, ideada y llevada a cabo por Berta Mattar, madre de los hermanos Martinazzo, propietarios del local, consistía en agasajar a niños de lugares alejados con un almuerzo que incluía empanadas, pollo, helado y bebidas, además de sorprenderlos con regalitos como medias, zoquetes o útiles escolares.

El cierre de la Parrilla Bigotes marca el fin de una era en la vida de la comunidad local, dejando un legado de generosidad y tradición que será recordado con cariño por todos aquellos que fueron parte de su historia.