María Sara Bustos es Testigo de Jehová, tiene 38 años y llegó en grave estado al Hospital Rawson a punto de dar a luz. Como la mujer perdió mucha sangre, los médicos recomendaron una transfusión de sangre que ella se negó a recibir. 
Los Testigos de Jehová no pueden recibir sangre porque la religión impide este tipo de procedimientos médicos. Para ellos, recibir sangre es como ingerirla, comerla. Y como ciertamente existen versículos que expresan que comer sangre es comer la vida o el alma, ellos creen tener motivo para no aceptar estas prácticas.
En el caso ya intervino la Justicia. El juez Pablo Flores será quien deberá decidir en base a la legislación qué deben hacer los médicos ante una situación muy delicada, que tiene a Sara grave por las pérdidas de sangre que su organismo soportó. 
La mujer tiene un acta firmada ante un escribano público que impide que pueda recibir sangre, aduciendo cuestiones religiosas.
 

(Fuente: Tiempo de San Juan)