La producción de vino siempre ha sido una de las actividades más emblemáticas y que más se han reconocido en la provincia de San Juan. Sin embargo, paulatinamente cada vez son menos las bodegas que se encargan de crear esta bebida alcohólica, por la situación económica. Revelaron que a ellos les pagan $280 el litro, mientras que después se vende a unos $3 mil en la góndola.

Juan José Ramos, presidente de la Asociación de Viñateros, contó en Banda Ancha cuál es la injusta relación que tienen con los formadores de precios del vino. En el caso del blanco aseguró que hay una diferencia de un 971% entre el dinero que reciben ellos con lo que paga el consumidor final.

'Vamos en caída libre porque las medidas de fondo para revertirlo no se toman. Los productores deberíamos tener una paritaria con los formadores de precios. Presentamos un proyecto de ley en su momento para tener algo parecido a lo que pasa con la yerba mate. La uva más común se vende entre $200 y $220 el kilo. El litro de vino blanco escurrido que se extrae está a $280. Debería estar mínimo en $400. En la góndola se vende como mínimo a $3000 y a nosotros nos pagan $280 en cuotas.', expresó.

Como si esto fuera poco, Ramos contó que cuando los costos crecen de la mano de la inflación, la variable de ajuste terminan siendo ellos o los verdaderos trabajadores que están en contacto con la uva. Este tipo de situaciones desiguales han llevado a que sea más conveniente vender la uva que ponerse a procesarla.

'La variable de ajuste es el productor, el productor maquinero o el bodeguero trasladista. El comercializador final y los intermediarios se quedan con el resto del dinero. Esto ha llevado a que el bodeguero trasladista también vaya desapareciendo, hemos tenido 9 bodegas menos elaborando en comparación del año pasado. Hay inscriptas en condiciones unas 170 y han trabajado sólo 96. Conviene vender la uva directamente a las grandes firmes y no ponerse a elaborar', sentenció.