La mujer llamada Phinij Sopajorn tiene 70 años, y había sido declarada muerta en un hospital en Tailandia. Pero resultó estar viva, tras haber pasado tres días en un ataúd con temperaturas bajas, y poco antes de ser cremada.

La mujer padece un tumor de tiroides y se le declaró muerta el 20 de octubre, pero momentos antes de ser incinerada, Thawin Sopajorn (su esposo), procedió a lavarle la cara con un paño humedo, ya que es un ritual tradicional, y notó que el cuerpo de la "fallecida" no estaba rígido, además de una respiración muy leve y un temblor en sus párpados. 

"Estoy muy contento de haber tenido razón cuando dije que estaba viva. Le di un abrazo y llamé a mis hijos. Pensaron que yo estaba alucinando, pero al final tuvieron que creerme porque mi nuera es médica y verificó y confirmó que estaba viva, aunque con el pulso muy débil", dijo el hombre.

Se le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar. Para sorpresa de todos, respondió levemente. Luego de esto, la llevaron a casa y la pusieron junto a un ventilador, con botellas de agua caliente en el pecho para elevar la temperatura de su cuerpo.