Agostina Poblete logró instalarse con su arte en el mundo del espectáculo y la música. En plena actividad artística, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa.

David Gardiol: ¿Qué es la dirección de fotografía?

Agostina Poblete: La dirección de fotografía en lo audiovisual, o en el cine más específicamente, es el área que se encarga de cámara y luces. Generalmente todos conocemos a la fotografía únicamente como fotos fijas. Bueno, es un poco eso, pero en movimiento.

D.G: ¿Ustedes trabajan codo a codo con el director?

A.P: Claro, trabajamos mucho con el director y con los directores de las demás áreas. Nosotros elegimos variables cuando tienen que ver con la cámara y las luces. De todas formas, siempre depende de qué director te toca o qué director te elije.  Hay algunos que saben mucho de técnica, de cámara, de luces, de dirección de la luz, de la intensidad, de lentes y hay directores que no. Ahí nace el juego de la creatividad y de trabajar con otra persona, porque el cine y el audiovisual en general es un trabajo en equipo.

D.G: ¿Sos de la primer camada de la ENERC, escuela de cine y experimentación?

A.P: Sí, cursé en la ENERC  en la sede de Cuyo, que justo abrió cuando salí de la secundaria. Soy de la primera camada de San Juan, antes de eso sólo existía solo Buenos Aires. La ENERC es una escuela muy elitista. Tienen una carrera por cada área del cine, y entran diez alumnos por cada una de los miles que rinden. Cuando yo entré en la sede de Cuyo la carrera no se conocía entonces no fuimos muchos los que rendimos, y además entramos alrededor de 28 estudiantes. Éramos varios porque la ENERC de acá es para todo Cuyo, entonces también entran estudiantes de Mendoza, por ejemplo.

D.G: ¿Cómo empezó tu pasión por el mundo de la imagen?

A.P: Empezó por mi familia. Tengo dos tíos que trabajan en algo relacionado a lo que hago. Mi tío es creativo publicitario y él siempre se dedicó al área de los comerciales filmados. Si bien no es algo que está relacionado íntegramente con el cine, siempre me interesó  mucho lo que él hacía. Por otro lado, mi tía estudió la carrera de Dirección de Fotografía en la ENERC de Buenos Aires y terminó siendo productora de cine, televisión y otras cosas artísticas también. A mí desde muy chica me interesaban  las ciencias sociales y las disciplinas artísticas. Siempre me fui para ese lado y una vez mi tía hizo un tallar de cine para adolescentes. Después de hacerlo pensé “no hay nada que me parezca más interesante que esto”.  

D.G:¿Cómo te insertaste en el mundo laboral cuando saliste de la ENERC?

A.P: Esa era una de mis preocupaciones más grandes, porque veía a mis amigos que estudiaban en otras carreras más convencionales y me daba un poco de miedo no conseguir trabajo. Lo que hice fue empezar a trabajar en todo lo que se podía mientras hacía la carrera. La ENERC también nos brindaba algunas experiencias que estaban buenas, como pasantías, y era un nexo entre los estudiantes y muchos proyectos que venían a filmar a la provincia. Empecé asi, de a poquito y de forma bastante autogestiva e independiente. En esa etapa me di cuenta que este no es un trabajo en el que presentas un CV y después alguien te llama. Lo hice, pero no es lo que más resultado me ha dado. También me di cuenta que al principio siempre vas a tener que generar proyectos que no te dan plata, son esos proyectos los que te dan experiencia y dónde te comienza a conocer la gente.

D.G: Ahora estás haciendo cosas a nivel nacional.

A.P: Sí, el año pasado tuve un par de experiencias muy lindas, entre ellos un videoclip de Lali Espósito, y dos de Oriana Sabatini. Los tres proyectos fueron con el mismo director.

D.G: ¿Fuiste a rodarlos a Buenos Aires?

A.P: Fui a Buenos Aires pero para un proyecto anterior a esos, de un músico que se llama Axel Fiks, en el que trabajé junto a unas directoras que había conocido un tiempo atrás. Pero el proyecto más grande y sorpresivo, el de Lali, fue en Mendoza. Muchas veces los directores buscan los paisajes o una locación específica, y en este caso el director quería filmar en una bodega de Mendoza. El productor del video me conocía a mí y a varios de San Juan con los que tenía mucha confianza. Lógicamente, te conviene filmar con gente que está acá, antes que traerse un montón de gente de otro lado. Aparte, nosotros estamos muy acostumbrados a filmar siempre en la montaña, es lo que más hacemos. Lo de Lali llegó por una cuestión de cercanía a la locación.

D.G: ¿Cómo te sentiste con ese proyecto?

A.P: Me generó muchos nervios la importancia de la producción, porque hasta ese momento no había hecho más que videoclips de gente de San Juan, exceptuando el de Axel Fiks que también tuvo una producción muy chica. No había hecho nada muy grande, y en ese momento Lali salía todos los días en la tele por La Voz. Fue un año en el que su popularidad creció un montón, entonces pensaba “uy, tengo que filmar un video de la artista que está en boca de todos”. Fue una experiencia bastante difícil pero muy linda. Siempre digo que ahí filme la escena más divertida de mi vida.  

D.G: ¿Disfrutas mucho de tu trabajo?

A.P: Sí, creo que vivir de algo artístico es un privilegio grande, más allá del esfuerzo que hace uno. Además, lo re agradezco porque mi trabajo es divertido y divertirse en el trabajo es fantástico.

D.G: ¿A quién le agradecerías por haberte bancado en la elección de tu carrera?

A.P: A mis papás, que se re preocuparon en el principio, pero me apoyaron siempre. Creo que eso es esencial porque muchas veces a los padres les cuesta aceptar la carrera de sus hijos. Les agradezco a mis amigos que son como una banda que te alienta, a mis tíos y tías que me han enseñado mucho con sus carreras, y a mis compañeros de trabajo. También a los profesores que muchas veces fueron los defensores de mi creatividad y los tengo guardados en el corazón.

D.G: ¿Qué te gustaría decirle a la gente?

A.P: Creo que lo más importante es encontrar y hacerse los espacios para poder hacer el arte, la disciplina o el oficio que uno quiere. Creo que todo lo que es colectivo, aunque a veces cueste trabajar en equipo, es genial. No hubiese podido hacer nada sin mis compañeros de trabajo.