Mario Bertazzo es una artista con todas las letras, se dedica a crear sus propias canciones. En plena actividad, pasó por Benditos Artistas Nuestros para someterse ante las preguntas de David Gardiol. Él, como artista todo terreno esta vez se puso el traje de entrevistador. Disfrutá de la entrevista completa.


DAVID GARDIOL - ¿Contanos Mario qué haces para quienes no te conocen?


MARIO BERTAZZO – Bueno soy cineasta, ahora es más común porque tenemos los sanjuaninos  una escuela de cine, pero bueno, yo empecé cuando todo eso era una fantasía absoluta. Eran los años 70 y conocí a Jorge Peirano, mítico documentalista argentino, con premios y todo lo demás. Creo que fue en el año 72 cuando vino a hacer un documental, en Valle Fértil, y dio una charla en la biblioteca Franklin, yo lo escuché y me fascinó su mundo. Digamos esto de andar cámaras y grabando de las personas. Él hace documentales antropológicos. Yo venía desde chiquitito con el hobbies de la fotografía, un mundo que fascinaba, sobre todo si uno se ubica en la época. Porque hoy a nadie le fascina, agarrar un celular y sacar una foto.  A mí me regalaron de chico una camarita de juguetes y me parecía mágico esto, apuntarle a alguien y a los 15 días tener eso en un cuadrito. Acordate que había que mandar a revelar y yo vivía en  Pocito, así que tenía que venir al centro. Mi viejo era el que se venía a que revelaran las fotos y si bien eran más desilusiones que fotos porque no salían bien a veces, era bastante mágico eso para mi generación. Y bueno después, el cine del pueblo y toda esa onda. Como te digo, yo viví en Pocito, vi un solo cine. Mi vieja, me hacía un sanguche de milanesa y me mandaba  al cine solo, y nos sentamos en el piso, porque no había el lugar, los cine lleno de todos los días. Y era como un mundo fantástico, entonces eso me fascinó. Pero bueno, luego, cuando ya sabes cómo se hace se pierde un poco la magia. Hoy en los chicos también se perdió esa curiosidad, pero igual para nuestra época de niños era mágico.


DG -  ¿Y cómo siguió esa curiosidad?


MB – Bueno yo comencé con la fotografía primero hasta que me compré unas cámaras réflex, o me compraron, no me acuerdo cómo fue. Era una cámara con rollo todavía. Y esa magia, inclusive la empecé a producir yo, porque con un primo nos compramos un laboratorio. No había internet y habpia que averiguar todo donde averiguar las cosas preguntando los productos, cómo se usa, en los químicos, y nos largamos a revelar, y cada vez más fascinado, porque es mágico todo ese, digamos, para esa generación, inclusive ahora. Y bueno, así yo creo que en algún momento no sé si todos los fotógrafos, pero los fotógrafos en algún momento, cuando queremos dar un paso más nos encontramos con el audiovisual. Porque es otra cosa, color, y aparece la facilidad de hacer sin superocho. Y una cosa que es el paso siguiente, si se quiere. 

DG - ¿Vos grababas con audio o era mudo lo que hacías? 

MB - Y por lo menos cuando yo la tomé ya era con audio, porque al principio ni siquiera eso. La gente que hacía superocho, lo hacía sin sonido y después le metía sonido. Nosotros podíamos grabar, y aun así después le metíamos, sonidos. Se cortaba con tijeras, se pegaba la cinta. Y bueno, eso era como el siguiente paso, porque ya en fotografía tenía laboratorio y me sentía que debía dar el paso al cine. Porque también es un poco la historia, primero la fotografía, bueno, primero la pintura de todas las artes plásticas. Después la fotografía, que es un artes plástico. Y después la fotografía vino en cine. Y un poco como pasó en la historia. Era difícil todo, porque no había las facilidades de ahora. Pero bueno, así, me empecé. Con los amigos hacíamos cositas, empezamos filmando cosas familiares, y ya después, con Carlos Romera o Pepe de la Colina comenzamos a haces nuestras primeras películas. Hicimos con ‘Carlos Llaneras’ que fue un audiovisual, porque antes de la cinta, que aquí tuvimos. Hicimos un audiovisual con Carlos Romera. Ahí era por tu boom. Se proyectaba en una pantalla. No había todavía, movimientos, para nosotros. Luego empezamos con el superocho. Así que ahí, ‘Llaneras’ creo que debería haber sido el primer trabajo con Carlos Romera. En San Juan de eso, después hicimos ‘Tudcum’, también otro audiovisual, con Carlos. Después el Pepe empezó, que hiciéramos un cortometraje, a él le gustaba mucho las historias así que con Pepe de la Colina, hicimos el western ‘Chiche’. Ahí todavía por ahí, en San Juan, creo que Carlos Cerimedo tiene una cinta. Por ahí andaba también, en esa época, Matar, haciendo, no sé si fue la primera, pero fue la más conocida, la Difunta Correa. Pepe había trabajado ahí de asistente, entonces queríamos hacer cine, nos pusimos a poncho todos. Con lo que leíamos, con lo que sabíamos, con lo que metíamos la pata jaja, con lo que investigaba. Bueno, convocamos actores, hicimos una peli, después, ya empezó a hacer, además de una pasión una profesión. Después no sé si fue en el 80-81, la Dirección de Turismo de San Juan se le ocurre la idea de generar un departamento audiovisual. Un idea bastante innovadora en ese momento, porque bueno, la idea que cuando venían los periodistas y las personas tuvieran un lugar donde buscar imágenes y para los folletos. Me acuerdo la etapa de la guía telefónica, todos los años, dos o tres fotos nuevas para ver si nos ponían en la etapa, Valle Fértil, Ischigualasto, y con la idea de promocionar con imágenes. Después ya surgió ahí mismo, porque yo ya hacías película super ocho, ya hacer películas y llevarlas a la feria y proyectarla. Como se hacía, con un proyector en una pantalla. 

DG: - ¿Películas de San Juan?

MB: - Sí, sobre los circuitos turísticos de San Juan, películas turísticas, digamos. Así que eso empezó a hacer como una profesión.  Y bueno, debe ser porque soy tan tano e inquieto, quería más, en el 82, con un grupo de amigos, nos metimos en una aventura que salió muy bonita, le propusimos el partido Bloquista en ese momento que comenzaba la democracia, el partido Bloquista gobernó durante la dictadura, y después fue electo en la primera elección, que fue en el año 83, y nosotros le propusimos al partido una campaña con dibujos animados. Digamos uniendo conocimientos de cosas así y largando. Era famosa la manito, como una estrella. Fueron 8 cortos de dibujos animados. Ese proceso nos llevó a trabajar hasta Buenos Aires en los estudios de la revista Billiken y comenzamos a trabajar ya con cámaras de 16 milímetros.

DG: - ¿Y cómo fue ese proceso?


MB: - Mirá en Buenos Aires me recibió García Ferre, un grande y generoso. Me mostró muchas herramientas que tenía y yo fui sacando ideas para venir y copiar acá. Imaginate que Ferre jamás se habrá imaginado que un sanjuanino iba a hacer lo que el hacía (risas). Con todo ese trabajo de campaña Bravo ganó con el famoso, ‘Póngale una estrella a la urna’, y ya en el 84 me fui a Buenos Aires. Me agrandé, creía que San Juan ya que me quedaba chico, pero no fue así. Igualmente la experiencia que adquirí en quince años allá fue increíble. Hice de todo, sobretodo escenografías para cine, teatro y publicidad. Allá me junté con tres sanjuaninos más y comenzamos a trabajar de lo que nos gustaba. Pero bueno por cuestiones personales después decidí volver a la provincia.


DG: - ¿Pero no te quedaste quieto?


MB: - No. Primero porque hay que vivir, segundo que habría que adaptarse. San Juan es un mercado más chico, pero bueno, yo seguía haciendo lo que sabía hacer. Siempre haciendo lo mismo, documentales, fotografía, publicidades, muchas publicidades. Y en el 2014, 2015, por unas cuestiones de ya me instalé en Pocito y me enamoré de esa ciudad, porque apenas volví vivía en otro lugar. Y después de ya bajar un poco la adrenalina, porque uno al principio uno quiere mucho la ciudad ruidosa. Y después, bueno, un poquito menos de bocinas, un poquito menos de gente apurada. Así que me recluí en Pocito y armé mi estudio. En ese momento se estaba gestando la ENERC acá. Y ahí dije, bueno, quiero transmitir lo que se de animación. Y se me ocurrió animación, básicamente, por dos razones. Primero, porque la ENERC preparaba chicos, para la ficción. Y era seguro que iba a haber gente que yo conocía, como Juan Pablo Saramela, conocía un poco de este mundo. Y sabía que iba a haber gente de cine que quería hacer animación. Me pareció el momento que me sentí en cierta manera obligadao No digo obligado por nada particular, pero bueno, era yo y Guido García y Gustavo Idemi, un grupito de gente que habíamos hecho eso acá. Y como que estamos creciendo, no nos podíamos llevar los conocimientos sin compartir. Entonces, se me ocurrió la idea de hace una escuela y ahí quedó durmiendo hasta el 2017. Y en el 2017 me animé y armé la escuela. No fue fácil porque tuve que conseguir profes. Los profes, al principio, todavía la ENERC producía egresados. Así que al principio, profes vinieron de Mendoza y Sal Luis. Más lo que podían enseñar yo, más algún profes de acá. Los profes sanjuaninos enseñaban historia del arte porque en la ENERC tienen en el primer año una formación general del tema muy buena. Y luego específicamente en la animación, en las técnicas de animación. 2D, 3D, 2D digital y stop motión que es nuestro diferencial. Es lo más artesanal. Es lo más parecido al cine. Es lo más complejo dentro de todo. Creo que en estos días pensando en todo esto, hago esfuerzos, creo que no hay escuelas de animación. Respecto del stop motion. Hay una escuela, bueno, es la que yo conozco, es una ver otra, pero de una Argentina, pero en Barcelona, la escuela de stop motion de Lula Gomes, una porteña genial. Bueno, como Pablo Saramela, que es un maestro. Es muy bueno también y muy generoso. Vino a la escuela, porque nosotros tuvimos un proyecto con el Ministerio de Turismo para la Fiesta del Sol.  Juan Pablo fue el tutor de ese proyecto que era la primera promoción de nuestro escuela. Hicieron un trabajo con unos dinosaurios. Un videoclip. Y bueno, él es muy generoso. Vino dos veces, se estaba con los alumnos, contó absolutamente todos los secretos. Pero bueno, eso es un privilegio que tuvimos, pero él no enseña todavía. 


DG: - ¿Sigue la formación de profesionales?


MB: - Con cada vez más difícil, porque está cada vez más difícil de la situación general en el país, pero nosotros estamos con alumnos este año y pensando ahora una residencia de stop motion, porque nos dimos cuenta de eso un poco, tal vez afirma a esta teoría que te digo que somos muy poquitos. Rosario tiene una escuela municipal de animación. Pero no ven stop motion. Avellaneda tiene una escuela municipal, hablando de escuelas gratuitas, tampoco. Y escuelas privadas como la da Vinci, y la Siglo XXI tampoco dan stop motion por el costo que tienen en materiales. En el que construir los muñecos, bueno, aquí les estoy hablando a un titiritero justamente. Nosotros hacemos los mismos muñecos que vemos lo con hílitos, pero los movemos con el teclado o con el mouse, porque son marionetas digitales. Hay que poner un escenografía, hay que preparar la escala, poner la cámara, y luego a meses y meses sacando los alambritos que se ven, porque los tenés que sostener. De ahí surgió la idea de una residencia en octubre que va  a ser siete días, de lunes a domingo, cuatro horas por día, y lo lanzamos y tenemos unos que ya están anotados de Córdoba, Villa Gesell, así que nos vamos dando cuenta que efectivamente... No hay ofertas. Así que la gente que viene, es gente inclusive profesionales de canales de televisión, que para alguna razón son realizadores que han tenido este inquietud, y no han podido concretar, y bueno, se vienen unas semanas