Relajado, con una copa de vino al lado, pero a la vez con un poco de desconcierto por ser la primera vez que estaba hablando de los caminos que debió atravesar para llegar al presente en el que parece tenerlo feliz con lo que hace. Así se mostró el viernes en Tarde Trece Willy Herrera, ese multinstrumentista talentoso que cosechó miles de elogios y experiencias únicas en los escenarios de la provincia y del país.

Es que al compositor le preguntaron cómo llegó a este momento. A su presente que lo tiene tocando con Lucía Sánchez en bajo, e Ismael Pérez en batería en clave de trío, pero a la vez encarando toda la responsabilidad de darle su nombre a un proyecto. Ese al que decidió bautizar Willy Herrera Trío.

El virtuoso guitarrista empezó a contestar la ambiciosa pregunta rememorando vagamente sus inicios en la música. Casi sin dar datos y sin mencionar nombres de bandas y compañeros de escenarios del pasado. Sabiendo que la contestación tendrá su final explayado en su presente, en lo nuevo. En las canciones que vieron la vida en medio de la pandemia, casi como una respuesta a lo que le sucedía en esos momentos de desconcierto mundial, de encierro, que, en él, un hombre acostumbrado a canalizar sus emociones en melodía, armonía y ritmo, lo hizo realizar un viaje introspectivo para luego volver con Dualidad, un puñado de canciones que se volvieron el primer EP del proyecto solista.

‘Vengo desde la adolescencia tocando, haciendo música acá en la provincia, tratando de descubrir los secretos de tocar con otros, de hacer conciertos, de hacer música, dentro del rock siempre, y siempre muy influenciado en los 90’ porque soy un hijo de los 90’ cuando el rock lideraba todo, no como ahora’, empezó respondiendo el autor del Vals del nuevo mundo.

Luego explicó que ese dejo imborrable de rock en la piel de él y su generación fue tan fuerte que caló hondo en sus fibras. Por eso el lazo es fuerte y al 2022 sigue intacto. Eso hace que se permita además de salir a tocar sus composiciones más recientes, animarse a homenajear a esas canciones que tanto lo hicieron feliz en los ‘pubertos años de rock’.

Y no solo se traduce en covers esa emoción rememorada del pasado, sino que también lo hace en lo musical. Porque Willy aseguró que lejos de abandonar el heavy metal que marcó su vida artística en Huakil, se permite experimentar con otros subgéneros como el punk, el pop y lo alternativo. Algo que a su sonido actual amplia aún más su paleta de colores musicales.

Por último, consultado si uno de los principales motores compositivos es el amor, el compositor de el Vals del nuevo mundo aseguró que lo siempre en su vida lo que lo moviliza en muchas cosas es su esposa y sus hijas. 'En definitiva, ellas son mi apoyo', sentenció.