En 1987, en un oscuro sótano porteño, Sumo gestó un parangón con una histórica batalla librada en suelo escoses. Una de las canciones del último disco de la banda, titulado After Chabón, tomaría ese espíritu de resistencia jacobita, con una letra descriptiva, cruda y en ingles. Así como los soldados liderados por el príncipe Bonnie gritaron Crua Chan para darse ánimos ante la superioridad del ejército británico, Luca tomó la bandera de aquel grito de guerra, con un sonido poderoso, para contarle a los argentinos y al mundo entero, lo que fue la batalla de Cullonden, en tan solo 3’ 30.

Ricardo Mollo había logrado hacer sonar su guitarra como una gaita, Roberto Pettinato decidió acompañarlo con su encendido saxo, y cuando el tano, que estudió con todos los hijos de la realeza de Europa en el prestigioso Gordonstoun School, escuchó eso, un reguero grande de nostalgia le entró en la piel. Fue entonces que le dio vida a la letra de la canción. Luego, para cerciorarse el vocalista de que  Supermán Troglio entendía como debía sonar el redoble militar de aquella marcha escocesa, se sentó con paciencia de araña en la batería, y replicó una y otra vez lo que en la banda de la prestigiosa casa de estudio había aprendido.

‘Atrás ratas’ es el significado de Crua Chan, ese grito bélico que el ejercito escoses esbozaba en contra de los gubernamentales. Luca contó la historia desde el bando perdedor, mimetizado cabalmente con el espíritu jacobita, tras huir de Inglaterra perseguido por los fantasmas de la heroína, buscando refugio en las sierras cordobesas. Cuando libraba su propia guerra.

‘Fee, fi, fo, fum’ cantaban los guerreros de los clanes escoceses para darse ánimos, sabiéndose en desventaja por estar hambrientos y cansados. ‘Huelo la sangre de un ingles’ rezaba a viva voz Luca para retratar la marcha valiente de aquellos hombres. Es que aquel 16 de abril de 1745, el saldo para los vencidos fue terrible, puesto que de casi 7 mil soldados, perdieron la vida 2 mil, en cambio, el poderoso ejército británico, entre los que había escoceses que respondían al imperio, de sus más de 8 mil hombres solo fueron batidos 50.

Finalmente, la masacre y el rotundo fracaso del último levantamiento jacobita fue descripto por el líder de Sumo en versos que decían: ‘Terminamos en el páramo de Culloden/sintiéndonos mal y sintiéndonos pobres/Los casacas rojas nos perseguían/Allí nos morimos y allí nos quedamos, cantando’.

Corría el año 1987, pero cuando el repique de Crua Chan en clave de canción empezaba a marchar, se abría un túnel en el tiempo, que sin saberlo Luca, tendría otra parada por el 1808 durante las invasiones inlgesas en suelo del Virreinato del Rio de la Plata. Por eso, mucho antes de que la serie Outlander  en 2014 trajera la histórica batalla de Culloden a la actualidad, el tano icono del rock argento, volaba las cabezas de rockeros en bares con la historia del Crua Chan.

El historiador marplatense, Martín Leguizamón, en una entrevista con Diario 13, invitó a caminar por esas calles de San Telmo en 1987, que Luca con su exquisita pluma describía en sus canciones. El entusiasmado hombre de la historia,  jugó a imaginar que el fantasma del rockero se encontraba en esas intersecciones con otros personajes conocidos de la historia argentina, entonces cruzó la historia del Crua Chan con otro episodio de resistencia, pero que tuvo otro desenlace.

Para 1808, en la segunda invasión inglesa a tierras del entonces Virreinato del Rio de la Plata, un extranjero peleó gustosamente contra los ingleses, y se regocijó cuando ‘los casacas rojas’ huyeron derrotados. Aquel, no era otro que John Douglas Carter, nieto de Dave Carter, soldado que pereció en el Paramo de Culloden en manos de los vencedores.

Para este escoces, invitado a estas pampas por Martín Thompson, esposo de Mariquitas Sánchez de Thompson, el batallar contra las invasiones inglesas representó una autentica revancha, y una especie de reivindicación a la historia de su familia y su nación. El escoses, con el mismo espíritu jacobita que traería a Luca a estas tierras, gritó con júbilo y bronca Crua Chan desde algún balcón porteño a los ingleses, que con el rabo entre las piernas, en esta oportunidad jugaron el papel de los perdedores. En sus memorias, Mariquita, rescató extrañada este episodio, desconociendo que se trataba de un viejo grito bélico.

‘Me gusta pensar en los fantasmas de San Telmo, todavía caminan por ahí cruzandandose entre ellos. Luca Prodan,  los clanes escoceses, Mariquita, su esposo y John Douglas Carter. Luca trae ese grito de guerra a la Argentina, sin saber que se había gritado en 1808, durante las invasiones inglesas’, expresó Leguizamón jugando con ese túnel del tiempo, que el cantante de Sumo abrió en 1987 con esa canción de After Chabón, que con rabia contenida gritaba ‘Huelo la sangre de un inlges’.